The very old idea of
U-topos as no-place is given a static
interpretation in the Renaissance which correlates well to the form the idea
assumes when put in writing: the genre of Thomas Moore or Campanella.
U-topos as pure movement, however, might
well be a new interpretation of the idea, one undertaken by the novelist in the
Baroque. The contradictions deriving from such an interpretation may shed some
light on the problem of the
Persiles being at once Cervantes'
ostensibly favorite creation and his most forgotten book. In spite of all the
fascinating aspects of
Don Quijote, it must be acknowledged that
negativity, either because of irony or skepticism, pervades the great book, an
ethical and aesthetic problem for an author who, knowing that his great
invention (the novel) disposes of the old limitations of prose writing, wants
to put that invention to the service of positive perfection from both the moral
and aesthetic points of view. If the novel, however, escapes by its nature from
the bounds of this classic concept of
écriture, the
Persiles is bound to fail either as a
dynamic expression of
U-topos or as a
novel.
La
citación en el
Casamiento / Coloquio, particularmente en
el momento en que la hechicera la Camacha pronuncia su profecía, produce
uno de los eventos discursivos más complejos de la literatura
occidental. Esta doble novela y las «tradiciones» islámicas,
o
hadith, proporcionan distintos modelos de
citación. En ambos casos, coinciden simultáneamente numerosos
procesos comunicativos. La citación en el texto cervantino, a diferencia
de la de los
hadith, permite insertar a los sujetos y contextos
citantes en el discurso citado, enriqueciendo así su
significación y diversificando su intencionalidad. La citación
múltiple, cuando es «aumentativa» (como en Cervantes pero no
en los
hadith), resulta en una pérdida de autoridad
discursiva por parte de los diversos hablantes y escritores, y contribuye a la
apertura e irresolución de las muchas historias. El difundido uso por la
crítica contemporánea de conceptos espaciales más que
temporales ha impedido una conceptuación adecuada de la
citación.
A partir del
siglo XVIII, varios editores y otros eruditos cervantinos han propuesto un
cambio de la frase «libros de entendimiento» que emplea el cura
para caracterizar a las obras pastoriles en
Quijote I.6 a «libros de
entretenimiento». Se basan en el uso del término «libros de
entretenimiento» en otros escritos cervantinos y en la supuesta actitud
negativa de Cervantes hacia la literatura pastoril. Pero el uso del
término
entendimiento para caracterizar a la
literatura valiosa (a diferencia de los libros de caballerías, sobre
todo) fue comunísimo en la literatura crítica del siglo XVI.
Puede significar «intelecto» o «significado» o las dos
cosas a la vez. Así que las palabras del cura vienen a representar una
dramatización de un debate crítico renacentista sobre la
posibilidad de obras de ficción meritorias e inofensivas. Ni es prudente
creer en la negatividad cervantina hacia lo pastoril a base de los episodios
pastoriles del
Quijote o las palabras de Berganza en
«El coloquio de los perros». Estas representan la
incomprensión del concepto de convención literaria por parte de
un receptor ignorante y aquéllos la confusión por parte de
lectores defectuosos entre la literatura y la vida. Dado que la
expresión «libros de entendimiento» es un tópico
renacentista, es muy probable que en este caso coincidieran las opiniones del
cura y de Cervantes. Por lo menos, debido a su condición de relator de
chistes, en vez de objeto de un chiste autorial, el cura demuestra en este caso
más autoridad narrativa de la que ostenta Berganza. Sin embargo, en
combinación, las observaciones del cura y las de Berganza representan
una perspectiva completa sobre lo pastoril -un género serio desde un
punto de vista intelectual, pero carente de verosimilitud en el sentido
más estricto del término. En cambio,
Don Quijote y
Persiles, representarán un tipo de
ficción más completa -a la vez seria y
verosímil.
La
crítica nunca se ha dado cuenta de la importancia capital de las obras
maestras de los pintores del Renacimiento italiano en por lo menos dos de las
obras de Cervantes. Este ensayo es un esfuerzo original por demostrar que
Cervantes, en
La Galatea y
La gitanilla, fue inspirado profundamente
por los varios cuadros de Venus -especialmente la
Primavera- de Botticelli, y por el
concepto de Venus-Humanitas como cifra y
concretización de las artes y letras, tal como fueron concebidas por los
neoplatónicos florentinos. Al examinar de cerca varios pasajes en
La Galatea y
La gitanilla descubrimos que Cervantes
siguió detalladamente la iconografía de la
Primavera, y que tanto Galaea como
Preciosa surgen como figuras de Venus hondamente imbuidas del concepto de
humanitas de Botticelli. Esta
revelación sorprendente nos lleva en su turno a una penetración
intrigante del sentido enigmático de la
Primavera como el triunfo del humanismo
platónico sobre la concepción cristiana del arte y del hombre en
la Edad Media.