No compuso Gil de Zamora este Oficio339, digno de la demanda y expectativa de Alfonso X, sin contemplar en su propia imaginación el acabado retrato que de aquel sabio Príncipe nos trazó340:
«Aldefonsus exinde341 regni fastigium, sicut haeres legitimus, cui jure -paterno regnum Legionis et Castellae totiusque Vandaliae debebatur, tanta fama fuit et gloria decoratus, quod Vascones Vasconiam, Africani quoque sibi partem Africae offerebant. Ad ipsum quoque de universis fere mundi partibus confluebant Comites, Marchiones, Principes et Barones, Milites et burgenses, propter ipsius famae fragrantiam universaliter respirantem, habentes ipsum, contra inimicos refugium, contra dubia consilium342, contra desolationem solatium, contra poenuriam et pauperiem thesaurum munificum, communicatum liberaliter, non signatum. Adeo quioque animum suum transtulit ad investigandas et perscrutandas mundanas scientias et divinas, quod omnes fere scripturas triviales et quadriviales, canonicas et civiles, scripturas quoque theologicas seu divinas transferri fecit in linguam maternam; ita ut omnes possent evidentissime intueri et intelligere quoquomodo illa quae, sub linguae latinas phaleris et figura, tecta et secreta etiam ipsis sapientibus videbantur343. More quoque Davidico etiam praeconium —381→ Virginis gloriosae, multas et perpulchras composuit cantinelas, sonis convenientibus et proportionibus musicis modulatas.» |
Al regio autor de las Cantigas, nuevo David, satisfizo sobre seguro el Oficio de la Virgen, que había solicitado y recabó de Gil de Zamora. Dan principio á Maitines siete versos cantables, divididos en dos estrofas, que debían alternar con los versículos del salmo XCIV:
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Sigue el himno de Maitines:
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No sin justa razón el Sr. Menéndez y Pelayo346, ha estimado bellísimo el Oficio, y lo ha declarado pieza entre muchas sobresaliente para el estudio de la poesía himnológica. Que la musa latina floreció en España durante el curso del siglo XIII, nos lo ha probado el Poema de Roncesvalles347, y lo probará el inédito348 del mallorquín Juan Burguñ, dedicado á Bonifacio VIII, y no lo disimula Gonzalo de Bercéo349. Mas para juzgar del talento lírico del vate zamorano, poco serían en verdad tres centenares de versos repartidos y acompasados como la marcha de una procesión ceremoniosa. Mucho más libre vuela su estro en dos canciones inéditas, que dan fin y corona al Liber Mariae.
En la primera vemos el coro de las Ciencias y de las Artes, maravillándose de no poder comprender los privilegios de la Virgen. El trivio y el cuadrivio, ó la Gramática, la Lógica y la Elocuencia, la Aritmética, la Música, la Geometría y la Astronomía, alzan su voz en nombre de la Naturaleza y de la Razón, de cuyos lamentos la Fortuna compasiva se duele. Las liras ó estrofas, rimadas al arbitrio del compositor, como en la silva castellana, recuerdan el estilo pindárico. Jamás el astro de la tarde, rielando sobre la corriente del Duero, había escuchado tan abrupta inspiración, encrespada como las altas sierras, dilatada y voluble —392→ como el Océano. Cierran el debate los acordes, blandos y serenos, de la Teología.
«Incipit XXIIª meditatio et oratio Virginis [incipiens ab hac littera Y.]
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¿Qué decir ahora de la segunda canción Quid amoris? Que su primor algo se acerca al de los himnos incomparables Lauda Sion de Santo Tomás y Stabat mater del Beato Jacopone de Todi.
«Incipit XXIII. ª oratio, incipiens per litteram Z.»
Zelatrix zelantium aeterni luminis amatores, tutum refugium inhaerentium Christo, tabernaculum et reclinatorium Jesu Christi, et tutum refrigerium innocentium, Maria, mater alma et foecunda virgo, mater et incorrupta, exaudi me miserum clamantem ad te hodie in meis tribulationibus.
Explicit liber Jesu et Mariae, quem edidit frater Joannes Egidii, doctor fratrum Minorum Zamorensium. |
Así termina el Liber Mariae, códice de vitela, manuscrito, del siglo XIV, en 4.º, que atesora la Biblioteca Nacional. Los señores Zarco del Valle y Sancho Rayón, á ejemplo de Nicolás Antonio, rotularon el códice Libro de Jesús María377. No obstante, si examinamos con alguna detención el precioso volumen, tal como —406→ hoy se ve, fácilmente observaremos que ese título no es exacto. Lo demuestra el Índice de la obra. El autor entiende siempre hablar de las glorias y festividades de la Virgen; y en punto á las de Jesús afirma que lo había hecho de antemano y por separado en otro libro378.
La rúbrica sobredicha no parece indicar sino que ambos libros se escribieron al propio tiempo y para ir compaginados en un mismo volumen, precediendo el Libro de Jesús al de Maria, que el códice afortunadamente ha preservado del olvido.
Tiene el códice 216 folios, los tres primeros en blanco, pero arrancados cuatro que estaban escritos. Vense numerados únicamente los folios 100 y 119-165, contados á partir del primero que se arrancó. Llenan el libro diez y ocho tratados, distribuyéndose cada uno de ellos en varios capítulos. La primera hoja, arrancada, debía contener la Dedicatoria y buena porción del Índice de los tratados; el cual no sería difícil de recobrar totalmente por medio del cuerpo de la obra, si por de pronto no nos atajara un obstáculo improvisto. Con efecto, están cercenados, ó recortados á tijera, los folios 16, 17 y 18, que abrazaban parte del tratado III y casi todo el IV. Fueron cortados adrede, así como el primero del códice, por mano airada deseosa de expurgar el libro de lo que creyó nocivo á la piedad acerca del misterio de la Inmaculada Concepción. En el folio 16 recto, donde queda rastro de ella, se hallaba la rúbrica del tratado IV condenado en ese mismo título; condena que acarreó por consecuencia deplorable que fuese también arrancado el primer folio de todo el códice; bien que no se logró del todo el medio, como es de ver en el folio 19 vuelto, donde se lee: «ut in capitulo de ejus Conceptione siperius est expresum.» Tan triste mutilación, hija de la cortedad suspicaz y de un celo poco ilustrado, nació (si mal no creo) al calor del Sol de la verdad, escrito por el P. Alva, ganoso de rebatir al sabio Cardenal Torquemada379; y manifiesta la fuerza del empeño que se —407→ puso en triturar y torturar aquellos textos antiguos, que sin hondo examen se estimaban opuestos, no siéndolo en realidad, á la bula Sollicitudo omnium ecclesiarum de Alejandro VII380.
Hé aquí la lista de los tratados:
- I. Qualiter Virgo almiflua fuit diversis oraculis revelata. Fol 2 recto-4 recto.
- II. Qualiter Virgo almiflua fuit a patriarchis praefigurata. Fol. 4 r.-9 v.
- III. Qualiter Virgo almiflua fuit a prophetis praenunciata. Fol. 9 v-16 r.
- IV. Qualiter Virgo almiflua fuit [....?] concepta381. Fol. 15 r.-19 r.
- V. Qualiter Virgo almiflua fuit sanctificata. Fol. 19 r-23 v.
- VI. De nativitate almifluae Matris. Fol. 23 r.-40 v. Tiene cinco capítulos382.
- VII. De annunciatione almifluae matris Christi. Fol. 40 v.-66 r. Contiene catorce capítulos; el penúltimo con dos y el último con nueve leyendas.
- VIII. De parturitione almifluae matris Christi. Fol. 66 r.-76 r. —408→
- IX. De purificatione Virginis et Filii ejus oblatione. Fol. 76 r.-85 v. Tres leyendas.
- X. De fuga mellifluae matris Christi cum dulcifluo nato suo in Aegyptum; et ipsius amissione et indicatione Filii, quaestione, iuventione.
- XI. De Matris ad Filium multiplici compassione. Fol. 85 v. 96 v.
- XII. De Matris recommendatione, quam moerenti discipulo commendavit. Fol. 96 v.-98 r.
- XIII. De conversatione almifluae Virginis post Filii sui resurrectionem et assumptionem, in coelum. Fol. 98 r -100 r.
- XIV. De almifluae Virginis dormitione, et ipsius in coelum assumptione et annorum vitae suae, computatione. Fol. 100 r -111 r.383
- XV. De multorum praedicabilium ordinatione in Virginis assumptione. Fol. 111 r. -119 v. Refiere dos milagros.
- XVI. De multorum miraculorum patratione per Virginis
intercessionem. Fol. 119 v.-165 v. Se distribuye en seis capítulos:
- 1. Deliberatis a faucibus mortis. Fol. 119 v. -129v. Once leyendas.
- 2. De liberatis ab aquis. Fol. 129 v.- 132 v. Tres leyendas.
- 3. De liberatis a captivitate. Fol. 132 v. -133 v. Dos leyendas.
- 4.De liberatis a diversis aegritudinibus. Fol. 133 v. -148 r. Veinte leyendas.
- 5. De multis curialitatibus, quas amicis suis exhibuit alma Virgo. Fol. 148 r.-160 r. Diez y ocho leyendas.
- 6. De imaginibus ipsain repraesentantibus, quibus voluit altissimus ejus Filins unigenitas reverentiam exhiberi. Fol. 160 v. -165 v. Nueve leyendas.
- XVII. De virginum et viduarum exhortatione ad imitationem Virginis. Fol. 165 v. -169 v.
- XVIII. De meditationibus et orationibus almifluae Virginis et Filii ejus secundum numerum (XXIII) et ordinem litterarum alphabeti. Fol. 169 v.-198 r.
- APÉNDICE. Officium almifluae Virginis, quod composuit Frater Joannes Egidii apud Zamoram ad preces et instantiam illustrisimi Aldefonsi regis Legionis et Castellae. Fol 198 r -213.
Gil de Zamora, como San Antonio de Padua, ejercio el cargo de explicar á sus hermanos de hábito franciscano la sagrada Teología, y de formar con su ejemplo y su enseñanza dignos operarios del Evangelio y ministros de la palabra divina. Enderezó á tan alto fin el Liber Mariae, que es una suma ó prontuario didáctico-ascético. En él, además del Liber Jesu, cita el autor otras —409→ obras suyas384. Tales son los panegíricos de los apóstoles Pablo, Santiago y Santo Tomás, y el Liber de miraculis almifluae Virginis. El cual, si llegare, y ojalá llegue á descubrirse, proporcionará nuevas y muy claras fuentes de estudio sobre las poesías de Alfonso el Sabio y de Gonzalo de Bercéo.
¿Cuándo se escribió el Liber Mariae? No mucho, sino muy poco después que el de las Crónicas de los Papas y Emperadores385, que ciertamente llegaban hasta el año (1264) de la defunción de Urbano IV y probablemente hasta el de 1278. Imagino que tan pronto como lo acabó de escribir Gil de Zamora lo envió al Rey juntamente con el Oficio de la Virgen, en cuya dedicatoria se titula Scriptor Regis, aludiendo á las Crónicas donde historiaba el reinado, no fenecido aún, de aquel su dulce y sabio amigo, que le había confiado la educación del príncipe D. Sancho, jurado ya heredero de la Corona.
FIDEL FITA.
Madrid, 30 de Noviembre de 1883.