Prácticas relijiosas: 15 de Diciembre de 1874

Registro bibliográfico

  • Título: Prácticas relijiosas: 15 de Diciembre de 1874
  • Autor: Gaitán, David
  • Publicación original: 1874
  • Descripción física: PDF
  • Notas de reproducción original: Digitalización realizada por la Biblioteca Virtual del Banco de la República (Colombia)
  • Notas:
    • Resumen: Con este título ha publicado el señor Ramon Soto R. un libelo infamatorio contra varias personas, entre ellas el que suscribe, i en cuyo libelo se me nombra como autor de un atentado contra las garantías individuales i consentidor de los ultrajes que se infirieron al señor Pompilio Granádos. Tócame, pues, hacer mi defensa, ya que el señor S. Hernández ha dado la. respuesta que a él competía. Los demas a quienes calumnia e insulta el señor Soto, irán respondiendo sucesivamente.
    • Resumen: , ) N 00 O t r..; O \ 'O" PRACTICAS RELIJIOSAS. Con este título ha publicado el señor Ramon Soto R. un libelo infamatorio contra varias personas, entre ellas el que suscribe, i en cuyo libelo se me nombra como autor de un atentado contra las garantías individuales i consentidor de los ultrajes que se infirieron al :;eñor Pompilio Granádos. Tócame, pues, hacer mi defensa, ya que el señor S. Hernández ha dado la. respuesta que a él competía. Los demas a quienes ca­lumnia e insulta el señor Soto, irán respon­diendo sucesivamente. Nunca crei que un criminal consuetudi­na\' io como Ramon Soto, tuviera la desver­güenza de insultar i atribuir crímenes a quie­nes han adquirido de la socie5iad el honroso título de hombres de bien. Mi vida pública i privada la ' entrego al esoalpelo no solo de mi gratuito detractor, sino de todos los que quie­ran, seguro de que en ella no se me podrá echar en cara un solo acto deshonroso. 1 para que mis anteriores palabras no se crean desautorizadas, debe saberse: Que. Soto fué quien denunció a su .propio hijo Ignacio como escalador; que él fué quien hizo seguir la causa a su dicho. hijo; i que, cuando vió que podia tomar un carácter serio, quemó el proceso en ' presencia del Alcalde i Secretario. Que asesinó en el distrito de Garagoa, a . la señora Cristo Vera, estando esta en cinta, a su esposo, su hija de diez años de edad, i al señor Ramon Mendoza, que por incidencia se hallaba en la casa de la señora Vera, estando el esposo de está señora enfermo de gravedad i bajo su mismo lecho fué alanceado. . Que en Lenguasaque se robó unas cucha­ras de plata de la propiedad del señor Calisto Casállas, por lo cual fué conducido preso a Chocontá. Que asesinó en Machetá al senor Vicen­te Ferrer Castilh i a los Cómbas, en casa de la señora Sagrario Moreno, estando dormidas la!) víctimas de su ferocidad. I que en el distrito Mosquera se ha eri­jido en dictador, para hacer su esclusiva voluntad, amparar criminales i perseguir a ciudadanos inocentes. En Funza quiere que se le toleren sus atentados, i los de sus hijos, solo porque con sus baladronadas pretende dar la leí a la ma­yoría. de Jos hombres honrados. ¿ Será tan audaz que pretenda desvane­cer lo~ cargos que dejo apuntados, i otros que se le podrán hacer, habiendo, como hai, cons­tancia en los Tribunales? Paso ahora a contestar los cargos que me hace ese insigne camorrista, que ya es tan conocido por sus contÍnuos escándalos; A consecuencia de los crímenes que co­metió en Garagoa, fué mandado aprehender Soto por la autoridad competente. Esta­ba de A lcalde de Funza mi hermano Ricardo Gaitan, i él fué quien, en cumplimiento de su deber i de una órden superior, capturó a Soto i lo remitió a la autoridad reclamante, l' sin que yo tuviera mas intervencion que la de simple ausiliador de la autoridad. Pero de ahí proviene la injusta zaña que me ha profe­sado i me profesa el señor S{)to i la guerra unas veces solapada, otras abiertamente, que me ha declarado, hasta él estremo de atribuir­me la desgraciada muerte de sus hijas, en cuyo suceso no tuve parte alguna, i que, como cris­tiano verdadero que soi, lamento profunda­mente. El señor Soto, en ejercicio de una injustí­sima venganza, me ha denunciado varias ve­ces como autor de aquel infeliz acontecimiento ante el señor Juez del circúito, doctor Daniel Parga, ante el señor Fiscal, doctor Rosáles, ante el doctor Octavío Salazar, como Procu­rador del Estado; i en todas las veces que in­tentó perseguirme por ese medio, salió chas­queado, pues la autoridad declaró sin lugar a procedimiento criminal contra mí. Esto es lo que tiene a. Soto tan irritado, que ha ocurrido hasta al medio de amenazarme. Pero sepa Soto que no le temo i que estoi preparado para rechazar cualquiera agresion que de su parte me vellga, si es que las autoridades, conocien­do a ese hombre, no ponen una cortapisa a sus frecuentes atentados i a sus criminales intentos. Tampoco es verdad, que en mi presencia i por obra del señor Simon Hernández fuera abofeteado el señor Pompilio Granádos. Ya el señor Hernández ha contestado este cargo i de la refutacion de él resulta la prqcacidad con que miente Soto. Este hombre, funesto no se pára en pe­lillos para saciar sus iras, pues acriniina tam­bien al señor doctor Mamerto Be1tran, digno párroco de este distrito. Por fortuna, ante la acrisolada virtud del doctor Beltran, sacerdo­te verdaderamente evanjélico, se estrellarán siempre las calumnias del señor Soto, cuyo carácter atrabiliario le hace ver delitos en las acciones mas inocentes, siempre que ellas no cedan en su provecho o satisfagan sus preten-siones. . Acriminar tambien Soto a los señores Simon i Alejandro Hernández, quienes como buenos ciudadanos, no hicieron otra cosa que prestar su apoyo a la autoridad para ir a aprehender al asesino del infortunado Gonzá­lez. La conducta de los señores H ernández es proverbial aquí i en la capital de la República, como la de hombres realmente honrados, en cuya reput:;¡.cion trata inútilmente el señor Soto de clavar su veneuoso diente. Penoso es a todo el que, vivienrlo tran­quilo en su hogar, cumpliendo sus deberes de particular i de empleado, se ve ultrajado i calumniado, tener que ocupar la atencion del público ilustrado, con la refutacion de injustos cargos; pero tambien es cierto que,si el ataca­do se calla, puede haber personas, aun las de sano criterio~ que atribuyan el silencio a una tácita confesion. He aquí por qué hablo en esta ocasiono Funza, diciembre 15 de 1874. DA VID GAITAN. fv-43
    • Resumen: Acusaciones; Asesinato; Defensa; Delitos contra la persona; Robo; Volantes
    • Dominio público
  • Forma/género: unidad documental
  • Idioma: español
  • Institución origen: Biblioteca Virtual del Banco de la República
  • Encabezamiento de materia:

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