Excmo. y Magfco. Sr. Rector
de la Universidad
de Alicante,
Exmas. e Ilmas. Autoridades,
Claustro de Doctores
de la Universidad,
miembros de la Comunidad Universitaria,
Señoras y Señores:
Quiero
agradecer a todos ustedes, y en especial al señor
Rector y a las autoridades de la Universidad de Alicante,
una alta distinción que en cierta manera culmina mis
largos años de vinculación con la cultura española
y en especial con esta Universidad, a la que he procurado
brindar lo poco que he podido y que en compensación
me ha dado mucho; entre otras cosas su amistad, su comprensión,
su generoso interés por mi obra literaria, y por añadidura
un espacio siempre abierto para dialogar acerca de los temas
y problemas de nuestro castigado continente mestizo. Gracias
también a quienes, en estas fecundas jornadas, se
han ocupado de mis libros y de mis personajes.
Me
parece adecuado recordar en este ámbito que la autonomía
universitaria es una trascendental conquista que, en América
Latina y concretamente en mi país, ha significado
un sustancial aporte al desarrollo de nuestras respectivas
comunidades. Es precisamente debido a esa autonomía
(consagrada a partir de la Ley Orgánica de 1958) que
en Uruguay la Universidad de la República ha podido
desarrollar (con la sola excepción de los doce años
de dictadura) tres postulados esenciales: expandir la cultura,
defender las libertades, procurar la justicia y el bienestar
social. De ahí que, en mi compromiso a defender la
Universidad en la que se me propone como Doctor, no podré
olvidar la defensa de la autonomía universitaria que
la misma resguarda y mantiene con firmeza y responsabilidad
ejemplares.
Es por ésa
y muchas otras razones que me siento orgulloso y conmovido.
Espero que mis pasos venideros no defrauden a quienes hoy
me conceden este venturoso galardón.
Para
responder mínimamente a tanta generosidad, me he permitido
traer uno de mis últimos poemas, «Zapping de siglos»
que hasta ahora he mantenido inédito, a fin de estrenarlo
aquí, con ustedes.
ZAPPING
DE SIGLOS
|
| Ahora que este siglo | | | |
uno cualquiera | | | | se deshilacha se despoja | | | | de sus embustes
más canallas | | | | de sus presagios más obscenos | | | | ahora que agoniza como una bruja triste | | | | ¿tendremos el derecho
de inventar un desván | | | | y amontonar allí / si
es que nos dejan | | | | los viejos infortunios / los tumores del
alma | | | | los siniestros parásitos del miedo? | | |
|
| lo atestigua cualquier sobreviviente / | | | | la muerte es tan
antigua como el mundo | | | | por algo comparece en los vitrales | | | | de las liturgias más comprometidas | | | | y las basílicas
en bancarrota | | |
|
| lo vislumbra cualquier atormentado | | | | el poder malasombra nos acecha | | | | y es tan injusto como el
sueño eterno | | | | por algo acaba con los espejismos | | | | y
la pasión de los menesterosos / | | | | archisabido es que
sus lázaros | | | | no se liberan fácilmente | | | | de los
sudarios y las culpas | | |
|
| quiero pensar el cielo cuando
estaba | | | | sin boquetes y sin apocalipsis | | | | quiero pensarlo cuando
era | | | | el complemento diáfano del mar | | | | pensar el mar
cuando era limpio | | | | y las aletas de los peces | | | | acariciaban
los tobillos | | | | de nuestras afroditas en agraz | | |
|
| pensar
los bosques / la espesura | | | | no esos desiertos injuriosos | | | |
en que han ido a parar | | | | sino como árboles y sombra | | | | como follajes bisabuelos | | |
|
| ¿a dónde irán
los niños y los perros | | | | cuando el siglo vecino nos
dé alcance? | | | | ¿niños acribillados como perros? | | | | ¿perros abandonados como niños? | | |
|
| ¿a dónde
irán los caciquitos | | | | los náufragos de tierra
firme | | | | los alfareros de la envidia | | | | los lascivos y los soplones | | | | de las llanuras informáticas? | | |
|
| ¿dónde
se afincarán los coitos baladíes | | | | las gargantas
profundas / los colores | | | | del ciego / los solemnes esperpentos
/ | | | | los síndromes de chiapas y estocolmo? | | |
|
|
¿qué será del amor | | | | y qué del odio | | | |
cuando el siglo vecino nos dé alcance? | | |
|
| este
fin de centuria es el desquite | | | | de los rufianes y camanduleros | | | | de los callados cuando el hambre aúlla | | | | de los ausentes
cuando pasan lista | | | | de los penosos vencedores | | | | y los tributos
del olvido | | | | de los abismos cada vez más hondos | | | | entre
carentes y sobrados | | | | de las erratas en los mapas | | | | hidrográficos
de la angustia | | |
|
| los peregrinos reivindican | | | | un lugarcito
en el futuro | | | | pero el futuro cierra cuentas | | | | y claraboyas
y postigos | | |
|
| los peregrinos ya no rezan | | | | cruje la
fe de los vencidos | | | | y en el umbral de la carroña | | | |
un caracol arrastra el rastro | | |
|
| los peregrinos todavía | | | | aman / creyendo que el amor | | | | última thule / ese intangible | | | | los salvará del infortunio | | |
|
| los peregrinos
hacen planes | | | | y sin aviso fundan sueños | | | | están
desnudos como amantes | | | | y como amantes sienten frío | | |
|
| los peregrinos desenroscan | | | | su corazón a
la intemperie | | | | y en el reloj de los latidos | | | | se oye que siempre
acaso nunca | | |
|
| los peregrinos atesoran | | | | ternuras lástimas
inquinas | | | | lavan sus huesos en la lluvia | | | | las utopías
en el limo | | |
|
| los que deciden cantan loas | | | | a los horteras
del dinero / | | | | los potentados del hastío | | | | precisan
mitos como el pan | | |
|
| los que deciden glorifican | | | | a
los verdugos del placer | | | | a cancerberos y pontífices | | | | inquisidores de los cuerpos | | |
|
| desde su cúpula
de nailon | | | | una vez y otra y otra vez | | | | los que deciden se
solazan | | | | con el espanto de los frágiles | | |
|
| tapan
el sol con un arnero | | | | se esconde el sol / queda el arnero | | | | los memoriosos abren cancha | | | | para el misil de la sospecha | | |
|
| ¿cómo vendrá la otra centuria? | | | | ¿siglo
cualquiera? ¿siglo espanto? | | | | ¿con asesinos de juguete | | | | o
con maniáticos de veras? | | |
|
| cuando no estemos
¿quién tendrá | | | | ojos que ahora son tus ojos? | | | | ¿quién surgirá de las cenizas | | | | para bregar
contra el olvido? | | |
|
| ¿quiénes serán amos
del aire? | | | | ¿los pararrayos o los buitres? | | | | ¿los helicópteros?
¿los cirros? | | | | ¿las golondrinas? ¿las antenas? | | |
|
| temo
que vengan los gigantes | | | | a concedernos pequeñeces | | | | o el dios silvestre nos abarque | | | | en su bostezo universal | | |
|
| el pobre mundo sin nosotros | | | | será peor /
a no dudarlo / | | | | pero en su caja de caudales | | | | habrá
una nada / toda de oro | | |
|
| ¿dará vergüenza
ese silencio? | | | | ¿será tal vez un saldo del bochorno? | | | | ¿habrá un mutismo generalizado? | | | | ¿o alguna sorda
tocará el oboe? | | |
|
| damas y caballeros / ya era
tiempo | | | | de baños unisex / el buen relajo | | | | será
por suerte constitucional | | | | durante el rictus de la primavera | | |
|
| no nos roben el ángelus ni el cénit | | | | ni las piernas de efímeras muchachas | | | | no elaboren
un siglo miserable | | | | con fanatismo y sábanas de virgen | | |
|
| ¿habrá alquimistas que divulguen | | | | su panacea
en inglés básico? | | | | ¿habrá floristas
para putas? | | | | ¿verdugos para ejecutores? | | |
|
| ¿cabrá
la noche en los cristales? | | | | ¿cabrán los cuerpos en
la noche? | | | | ¿cabrá el amor entre los cuerpos? | | | | ¿cabrá
el delirio en el amor? | | |
|
| el siglo próximo es
aún | | | | una respuesta inescrutable | | | | los peregrinos peregrinan | | | | con su mochila de preguntas | | |
|
| el siglo light está
a dos pasos | | | | su locurita ya encandila | | | | al cuervo azul lo
embalsamaron | | | | y ya no dice nunca más | | |
|