Lamarre, gran partidario de los reglamentos administrativos, nombrado por el gobierno en los años estériles de 1699 y 1709, para averiguar dónde había granos y desconcertar las medidas de los monopolistas, confiesa en su Tratado de policía, suplemento al tomo II, que halló poco más de ochocientas fanegas de trigo de que pudiese apoderarse por vía de secuestro. (N. del A.)
El ministro del Interior confiesa en un informe que hizo en 1917 que nunca estuvieron más desprovistos los mercados de Francia después de un decreto de 4 de Mayo de 1812, el cual prohibía que se hiciese venta alguna fuera de ellos. No pudiendo los consumidores hacer sus provisiones en otra parte, acudían todos a los mercados, y como se obligaba a los arrendadores a vender por menos del precio corriente, no había ninguno que no se empeñase en sostener que no tenía granos que poner en venta. (N. del A.)
En todos los lugares y en todos los tiempos se observan los mismo efectos. Cuando en el año 362 de nuestra era, hizo el Emperador Juliano vender en Antioquia a bajo precio cuatrocientas veinte mil medidas (modii) de trigo que sacó de Caléis y de Egipto, cesaron con motivo de esta distribución las provisiones del comercio, y aumentó la escasez. (Véase a Gibbon, cap. 24) Los principios de la Economía política no han variado ni variarán; pero se ignoran en una época y se saben en otra.
En la capital del Imperio romano faltaban los víveres siempre que los Príncipes no hacían en ella distribuciones gratuitas a costa del mundo entero; y estas distribuciones gratuitas eran la verdadera causa de que faltasen los granos. (N. del A.)
La guerra contribuye eficazmente a causar el hambre, porque perjudica a la producción, y disipa los productos. Bien pudiera el hombre alejar este azote; pero no podemos lisonjearnos de que las guerras sean más raras hasta que los gobernantes conozcan mejor sus verdaderos intereses y los del público, y hasta que los pueblos depongan la mentecatez de mirar como una hazaña el exponerse a peligros sin necesidad. (N. del A.)
Paso por alto las palabrotas de: Amor paternal, solicitud, beneficios del gobiernos, &c. que jamás añaden cosa alguna a los medios de la administración ni al alivio de los pueblos. ¿Cómo se ha de dudar de la solicitud del gobierno, estando más interesado que nadie en la duración de un orden social cuyos principales frutos son para él? Por lo que hace a sus beneficios es muy necio el que los pondera; porque realmente ¿cuáles son los beneficios que puede hacer la administración, sin que sea a costa de los administrados? (N. del A.)
La rutina, cuya fuerza es tan grande en las personas de limitado talento, que forman el mayor número, principalmente en las clases inferiores, opone muchas dificultades a la introducción de nuevos alimentos. Yo he visto en ciertas provincias de Francia la repugnancia más decidida a comer las pastas a la italiana, que son un alimento muy bueno, y ofrecen un medio excelente para conservar las harinas; y a no ser por las escaseces que hubo durante nuestros disturbios políticos, el cultivo y el uso de las patatas para alimento del hombre no habrían penetrado todavía en muchos distritos donde son ahora un gran recurso. Prevalecerían aun más generalmente, si se cultivaran con tal cuidado que se impidiese su degeneración, para lo cual no habría cosa más acertada que renovar sus semillas en tiempo oportuno. (N. del A.)
Vemos en Humboldt (Ensayo político sobre Nueva España, cap. 9) que una misma extensión de terreno produce:
En bananas | un peso de 106.000 Kilogramos | (320.388 libras, 3 onzas, 1 adarme, 24 granos). |
En patatas | un peso de 2.400 Kilogramos | (5.216 lib., 5 onz., 6 adarm., 4 granos). |
En trigo candeal | un peso de 800 Kilogramos | (1.738 li., 12 onz., 7 ad., 13 gran.) |
Dan pues los bananas un producto 133 veces más considerable que el trigo candeal, y 44 veces más que las patatas, exceptuando empero la parte acuosa.
En un país fértil de Méjico, media hectárea (Fanega y cuarta de tierra) cultivada de bananas de la especie mayor puede alimentar más de cincuenta individuos, al paso que en Europa el mismo terreno, suponiendo que produzca ocho por uno, no da anualmente más de 576 Kilogramos de harina de trigo candeal, cantidad insuficiente para mantener dos personas. Por eso nada admira más a un europeo recién llegado a la zona tórrida que la cortísima extensión de terrenos cultivados alrededor de una cabaña que encierra una familia numerosa de indígenas. (N. del A.)
El mismo autor nos dice que en Santo Domingo se valúa el producto de un pedazo de tierra que tenga 3403 toesas cuadradas, en 4000 libras de azúcar; y que todo el que se consume en Francia, en tiempos regulares, valuado en 20 millones de Kilogramos, pudiera producirse en un terreno de siete leguas cuadradas. ¿Qué inmensa cantidad de géneros equinocciales no se podrían sacar, procediendo con inteligencia, de las costas de África, que tan cerca están de nosotros? (N. del A.)
Malthus: An inquiry into the nature and progress if rent, the ground of an opinion, &c, on foreign corn. (N. del A.)
Ricardo: An Essay on the influence of the low price of corn, &c. (N. del A.)