111
Agradecemos a J. F. Jimeno, F. Portier y S. Sosvilla sus múltiples comentarios y, sugerencias. así como a los participantes en el seminario de FEDEA y en el «ICIGEM workshop». También agradecemos los comentarios de A. Marcet y J. Vallés, de un evaluador anónimo y de los participantes en el VIII simposio de Moneda y Crédito. Pilar García-Perea nos proporcionó las series de horas trabajadas y las series de empleo. Ángel Estrada y Miguel Sebastián nos proporcionaron las series de consumo de bienes no duraderos y duraderos. Agradecemos el apoyo financiero de la Comisión de las Comunidades Europeas (ERBCHRXCT940658) y de la Cicyt (SEC-95-0131). (N. del A.)
112
Una discusión detallada sobre este tema se encuentra en Cochrane (1994). (N. del A.)
113
Cabe destacar los artículos de Dolado et al. (1993), García-Milá et al. (1994) y Puch y Licandro (1995). (N. del A.)
114
Ver Burnside, Eichenbaum y Rebelo (1993), Danthine y Donaldson (1990) y Langot (1994) respectivamente. (N. del A.)
115
A partir de enfoques «más realistas». Cooley et al. (1994) y Fagnart et al. (1995), proponen dos modelos alternativos de CR, donce la subutilización es el resultado de la agregación sobre empresas con diferentes grados de utilización de la capacidad productiva. Existe también una nueva literatura sobre el papel de la subutilización en modelos dinámicos deterministas, de la Croix y Licandro (1994) muestran que la ineficiencia derivada de la subutilización de factores, puede generar «trampas de la pobreza» o ciclos endógenos biperiódicos estables, con un período de alto desempleo y uno de bajo desempleo. (N. del A.)
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Ver Greenwood et al. (1998) y (1992). (N. del A.)
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Para una economía calibrada sobre datos americanos, Burnside y Eichenbaum (1994) encuentran que la desviación estándar de la producción es aproximadamente un cincuenta por ciento mayor que la desviación estándar del shock tecnológico. (N. del A.)
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Licandro y Puch (1995), bajo hipótesis similares, cuantifican para la economía americana un mecanismo de amplificación sensiblemente superior al de Burnside y Eichenbaum (1994): la desviación estándar de la producción es aproximadamente un ochenta por ciento mayor que la desviación estándar del shock tencológico. (N. del A.)
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Bresnaham y Ramey (1993) ofrecen evidencia a favor de la prociclicalidad de la utilización para la industria del automóvil de los EE. UU. (N. del A.)
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Por ejemplo, si el shock en diferencias es un ruido blanco, diremos que el mecanismo propagador genera persistencia, si los primeros coeficientes de autocorrelación de la producción en diferencias son significativamente diferentes de cero. (N. del A.)