121
Arnaldi Villanovani... Praxis medicinalis..., Lyon, 1586, p. 307 a (con alguna corrección mía); pero sobre la autoría de la obra, véase P. Dronke, «“L’amor che move il sole e l’altre stelle”», Studi medievali, VI (1965), p. 415, n. 92, y ahora E. Montero Cartelle, Constantini Liber de coitu. El tratado de andrología de Constantino el Africano, Santiago de Compostela, 1983.
122
Más por la
vasta bibliografía que por el irregular contenido,
remitiré al reciente volumen de The Cambridge History of Later Medieval
Philosophy, ed.
N. Kretzmann, A. Kenny y J. Pinborg,
Cambridge, 1982. En los dos pasajes inmediatamente citados,
F. Van Steenberghen, La filosofia nel XIII secolo,
trad. A. Coccio, Milán, 1972, pp. 466 y 476, resume algunas de sus muchas
aportaciones sobre el «aristotelismo
latino»
y en términos perfectamente aceptables por
estudiosos de diferente orientación: cf.
así B. Nardi, Studi di filosofia medievale,
Roma, 1960, p. 125.
123
Vid. ahora la ed. y estudio de R. Hissette, Enquête sur les 219 articles condamnés à Paris le 7 Mars 1277, Lovaina, 1977.
124
Para esta versión glosada de § 168, cf. la Declaratio de Llull, citada abajo (n. 127), p. 202.
125
Entiendo que podría añadirse aún alguna pista que confirma la identificación con el Mauricio, obispo de Burgos, indicado por M. T. d’Alverny, «Deux traductions latines du Coran au Moyen Âge», Archives d’histoire doctrinale et littéraire du Moyen Âge, XVI (1948), pp. 69-131 (128-130).
126
Apud M. Grabmann, «Das Studium der aristotelischen Ethik an der Artistenfakultät der Universität Paris in der ersten Hälfte des 13. Jahrhunderts», Philosophisches Jahrbuch der Görres-Gesellschaft, LV (1940), pp. 339-354 (351-352).
127
Cito el comienzo de la Declaratio (ed. O. Keicher, Raymundus Lullus und seine Stellung zur arabischen Philosophie, en los Beiträge zur Geschichte der Philosophie und Theologie des Mittelalters, VII, 45, Münster, 1909, p. 96) y el final de la Lamentatio (en T. y J. Carreras Artau, Historia de la filosofía española. Filosofía cristiana de los siglos XIII al XV, I, Madrid, 1939, p. 530). Últimamente A. Zimmermann ha dedicado varios útiles trabajos a Fernando Hispano, «Ein [Spanischer] Averroist des späten 13. Jahrhunderts» (Archiv für Geschichte der Philosophie, L [1968], pp. 145-164; otras referencias da Z. Kuksewicz, en Medioevo, III [1977], pp. 187-235).
128
Frei Álvaro Pais [= Pelayo o Hispano], Bispo de Silves, Colírio da fé contra as heresias, ed. M. Pinto de Meneses, II (Lisboa, 1956), libro V, caps. 7-26, ya bien extractado por M. Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, Madrid, 1948, VII, pp. 323-325, y en especial por M. Esposito, «Les hérésies de Thomas Scotus d’aprés le Collyrium fidei d’Alvare Pélage», Revue d’histoire ecclésiastique, XXXIII (1937), pp. 59-69 (a quien cito en el texto, sobre el origen peninsular de Escoto).
129
Lucidario, ed. cit., pp. 80, 145, 78, 84 y 157-158. El nebuloso prólogo firmado por R. P. Kinkade da pie a varios estimables comentarios de Francisco Márquez Villanueva, en Romance Philology, XXVI (1972-1973), pp. 483-486, aunque la etiqueta de «averroísmo» se maneja ahí en el vago sentido que le daba Renan. En un ensayo elegante y atractivo, pero sin asideros en el texto del Arcipreste («“El buen amor”», Revista de Occidente, núm. 27 [junio de 1965], pp. 269-291), el mismo estudioso relaciona el Libro y la condenación de 1277 en unos términos que no creo hacedero tomar en cuenta. Vid. n. 131.
130
El texto de
G. Heine, Bibliotheca anecdotorum, I (Leipzig, 1848),
pp. 211-244, ha sido
reproducido (poco fiablemente) en la ed. de Madrid, 1948, de la Historia de
los heterodoxos, VII, pp.
339-385; me abstengo de introducir cualquier corrección,
porque en el latín «virgiliano» hay sitio para
los errores más groseros («dicebant... mundus...
esse...»
). Cf. alguna otra indicación en
mi artículo «Aristoteles Hispanus: en torno a Gil de Zamora,
Petrarca y Juan de Mena», Italia medioevale e umanistica, X (1967),
pp. 143-164 (148, n.).