111
Cuya reimpresión casi literal sigue haciéndose, incomprensiblemente, en la colección «Clásicos Castellanos» de la casa editora Espasa-Calpe. (N. from the A.)
112
La edición de 1911-13 sólo indicaba en la portada «edición y notas» de Francisco Rodríguez Marín, y tal indicación se ha ido repitiendo en las sucesivas reimpresiones. La edición de 1916-17 se anuncia en su portada como «edición crítica anotada por...» La edición de 1927-28, «nueva edición crítica con el comento refundido y mejorado y más de setecientas nuevas notas dispuestas por...» Y la edición de 1947-49, igual que la anterior pero «y más de mil notas». (N. del A.)
113
En las citas que siguen los subrayados son míos y delatan a contrario sensu las propias exculpaciones de Rodríguez Marín. Ed. 1911-13, t.I, Al lector, p. xiv: «En lo tocante al texto sigo preferentemente el de la edición príncipe, así de la primera parte (1605) como de la segunda (1615), y sólo me aparto de ellas en contadas ocasiones y por motivos fundados, que casi siempre explico en notas». Ed. 1916-17, Prólogo, t.I, p.xx, dice ajustarse a la regla que Fitzmaurice-Kelly y Ormsby dieron para su edición de 1898-99: «A esta regla, entre otras, me ajusto con cuidado, no sin lamentar que no lo hiciera invariablemente el mismo que la estableció. Así, aun siendo tan correcta, en sentir de los doctos, la edición de Fitzmaurice-Kelly, el texto que doy difiere no poco del que dio el eximio cervantista inglés, tanto en la presentación, que he vuelto á revisar con esmero, y que da sentido diferente, y siempre claro y natural [???], á muchas cláusulas antes no bien entendidas, como el de establecer la versión original...», etc. En la edición 1927-28, Prólogo, t.I, p.xxi, después de referirse a los dos preámbulos de sus ediciones anteriores, añade: «No me limito, pues, a reimprimir la edición anterior; por el contrario, he puesto las miras en mejorarla cuanto me fuere posible, atendiendo cuidadosamente: 1° A revisar el texto, cotejándolo aún otra vez con el de las ediciones más importantes... 2°. A refundir, haciéndolas aún más interesantes y demostrativas, casi la mitad de las notas de la edición anterior... 3°. A rectificar y corregirme en cuantos lugares he visto o me han enseñado que erré: quizá en más de treinta...», etc. Y en la edición 1947/9 se reproduce el mismo prólogo anterior y por nota de la casa editora se advierte que los cambios introducidos se han hecho a base de las fichas que redactó en sus últimos años el señor Rodríguez Marín. (N. del A.)
114
No se explica que, habiéndose agotado hace tiempo en el mercado, no se haya reeditado. (N. del A.)
115
El número de cuarenta se refiere a los comentaristas, cada uno de los cuales representa, además, de dos a diez ediciones. No he tenido en cuenta las ediciones vulgares sin más pretensiones que las de publicar el texto sin explicación alguna, ni tampoco las que sirven de marco o acompañamiento a ilustraciones de todo tipo y para todos los gustos. (N. del A.)
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De las ediciones citadas en este artículo y anteriores a 1925 (más las posteriores de Rodríguez Marín), he consultado las que pueden llevar cierto aparato crítico y han sido tenidas en algún momento por autorizadas. De las posteriores a 1925 y cuyo análisis individual he renunciado a hacer, he consultado las de todos los críticos comentaristas de cierta importancia, y he aquí la lista, por orden alfabético:
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Juan Alcina Franch, DQ:Zar-1977-Bosch;
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John Jay Allen, DQ:M-1977-Cátedra (1ª edición), DQ:M-1983-Cátedra (5ª edición);
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Juan Bautista Avalle Arce, DQ:M-1979-Alhambra;
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Joaquín Casalduero, DQ:M-1984-Alianza;
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Luis Casasnovas Marqués, DQ:León-1974-Everest, que es reimpresión de la 3ª edición (la 1ª edición es de 1967, creo);
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José María Castro Calvo, DQ:B-1958-Vergara, DQ:B-1962-Círc.Lectores, DQ:B-1969-Círc.Lectores;
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Antonio Cunillera Galvadá, DQ:B-1965-Mateu;
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Vicente Gaos, DQ:M-1967-Giner;
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Justo García Morales, DQ:M-1965-Códex;
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Justo García Morales y Justo García Soriano; DQ:M-1963-Aguilar (9ª edición), DQ:M-1968-Aguilar (12ª edición) (la 1ª edición es de 1947);
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Juan Givanel y Mas, DQ:B-1970-Muntaner y Simón (pero publicada antes en 1930; la última edición contiene variaciones a las notas y comentarios);
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Fernando Gutiérrez, DQ:B-1961-Marín;
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Juan Manuel Iniesta, DQ:BsAs-1947-Gil;
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Joaquín Machín Azparren (DQ:M-1981-Fraile;
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Salvador de Madariaga, DQ:BsAs-1962-Sudamericana;
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Antonio Maldonado Ruiz, DQ:B-1967-Labor (2ª edición; la 1ª debe ser de 1958; recoge las notas de Bastús publicadas en 1834 y sigue el texto de Rodríguez Marín);
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Arturo Marasso, DQ:BsAs-1947-Emecé;
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Rufo Mendizábal, DQ:M-1945-Fax (1ª edición), DQ:M-1953-Fax (2ª edición), DQ:M-1966-Fax (3ª edición) (con una edición expurgada de 1926);
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Agustín Millares Carlo, DQ:Méx-1968-Uteha (reimpresión de la edición de 1956; y la 1ª edición es de 1941);
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Luis Murillo, DQ:M-1978-Castalia (1ª edición), DQ:M-1982-Castalia, 2ª edición corregida), DQ:M-1983-Castalia (3ª edición corregida);
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Federico de Onís, DQ:B-1951-Exito;
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Federico de Onís y Antonio G(arcía) Solalinde, DQ:M-1969-Biblioteca. Nueva, DQ:Bi-1976-Brouwer;
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C. Oriol y T. Suero, DQ:B-1972-Bruguera;
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Emilio Pascual, DQ:Vall-1975-Edival;
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Antonio Paluzíe Borrell, DQ:B-1969-Sopena, DQ:V-1969-Guerri, y otras ediciones en Ed. Sopena sin mención de su nombre como comentarista;
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Martín de Riquer, DQ:B-1944-Juventud(1ª edición en col. «Para Todos»), DQ:B-1958-Juventud (fuera de col., ilusts. Narro), OC:B-1962-Planeta (1ª edición en «Clásicos Planeta», con el DQApócrifo, y sólo tomo I), OC:B-1964-Juventud (1ª edición en «Clásicos y Modernos»), OC:1967-Planeta (2ª ed. en «Clásicos Planeta», con el DQApócrifo, y sólo tomo I), DQ:BsAs-1973-Kapelusz (la edición en col. «Grandes Obras de la Lit. Univ.»), DQ:B-1974-Juventud (8ª edición en col. «Libros de Bolsillo Z»), DQ:B-1975-Juventud (10ª edición en col. «Para Todos»), DQ:B-1975-Planeta (1ª edición en col. «Hispánicos Planeta»), DQ:B-1980-Planeta (1ª edición en col. Clásicos Univ. Planeta»);
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Celina S(abor) de Cortázar e Isaías Lerner, DQ:BsAs-1969-Universitaria BsAs;
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Alberto Sánchez, DQ:B-1976-Noguer;
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Juan Suñe Benages, DQ: B-1932-Gil, DQ:B-1942-Ateneo;
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Ángel Valbuena Prat, OC:M-1970-Aguilar (17ª ed., e ignoro en estos momentos la fecha de la 1ª ed.); y
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Anónimo, DQ:B-1949-Iberia.
Las reediciones de estos textos, salvo cuando se indica, no suelen sufrir alteraciones de importancia. No me ha sido posible consultar, por no tenerlas a mano en mi biblioteca, algunas otras eds. tales como DQ1:Halle-1925-Niemeyer (con comentarios y variantes por Adalbert Hämel), DQ:BaAs-1951-Ballesta (ed. de Clementino Sanz), DQ:P-1951-Bouret (ed. de Jaime Delgado), y otras que algún lector encontrará a faltar. Por último, deseo advertir también, en evitación de malas interpretaciones, que, por referirse el presente trabajo a «ediciones» de las obras de Cervantes, y en especial el Quijote, he dejado de lado las obras y artículos sueltos de algunos profesores y eruditos aparecidos en publicaciones especializadas. No tengo por qué negar que la ingente bibliografía cervantina limita mis posibilidades de investigación, como limita las de cualquier mortal aunque no sea tan franco en confesarlo. (N. del A.)
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Vicente Gaos me hizo el honor de recoger mis observaciones sobre este particular para su edición del Quijote que estaba preparando. Fue en 1979. El inesperado fallecimiento de Gaos ha retrasado la publicación de su edición, que tenía cuidadosamente preparada, según pude comprobar personalmente. (N. del A.)
118
Los demás comentaristas que aluden al tema copian cualquiera de los indicados comentarios. (N. del A.)
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P. e., parece situar al observador de espaldas a la Polar, cuando la práctica pastoril es (era: ya no hay quien se sirva de este método) situarse en posición frontal. Puedo asegurarlo porque en mis años mozos pasé no pocas noches en compañía de los pastores de mi tierra y aprendí de ellos, bien que muy rudimentariamente, a saber la hora por la posición de las estrellas y teniendo siempre en cuenta el día. (N. del A.)
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En realidad no deben contarse las 24 horas del día solar, sino unos cuantos minutos menos aproximadamente, que es lo que corresponde al día estelar. Por virtud de la conjugación de los movimientos de translación y rotación terrestres, una vuelta entera de la Tierra sobre su eje tomando como referencia, no el Sol, sino la Polar, es, no de 24 horas, sino de 23 horas 56 minutos 4 segundos y 91 milésimas de segundo, según los astrónomos. Esto hace que haya una diferencia de un día entre el año solar y el año estelar y que, en consecuencia, el punto de la medianoche vaya desplazándose diariamente casi cuatro minutos, o, lo que es lo mismo, que al punto de medianoche todo el firmamento estelar vaya avanzando a razón de un cuarto de cuadrante cada tres meses: a principios de agosto estará en el brazo izquierdo, a principios de noviembre a los pies, a principios de febrero en el brazo derecho y, finalmente, a principios de mayo sobre la cabeza del observador. Sabiendo esto y que a cada cuadrante le corresponden una seis horas, podemos averiguar qué hora es en cualquier noche del año... siempre que el cielo esté despejado, claro. (N. from the A.)