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Simini señala que hidropesía, o edema como se llama actualmente, puede ser síntoma de insuficiencia cardíaca, entre otras cosas. El médico Antonio López Alonso, cuyos libros reseñaré en el número siguiente de esta revista, concluye que sí sufrió de diabetes, explicación más probable de la intensa sed que padecía, pero fue secundaria a una cirrosis hepática.
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Francisco Díaz, Tratado nuevamente impreso de todas las enfermedades de los riñones, vejiga, y carnosidades de la verga, y urina, dividido en tres libros. Madrid: Francisco Sánchez, 1588. La diabetes no fue identificada como enfermedad hasta el tardío siglo XVII (Munguía 424); el páncreas no se identificó hasta el siglo XVIII, y su relación con la orina no hasta el siglo XIX.
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Son tantos libros que no tienen ningún índice que no sé si debo criticar
éste, pero podría mejorarse mucho. Los libros de Cervantes están bajo su nombre,
pero las obras sueltas están bajo su título en inglés (The Fortunate Pimp, «The Glass
Graduate»), y los personajes de las obras bajo sus nombres («Barber (Nicolás, Don
Quixote)», «Village priest (Pero Pérez, Don Quixote)»). Los nombres han sido
«anglificados»: el rey Alphonsus, Saragossa, Old Castile. «Isabel de Cervantes
Saavedra» se encuentra bajo «Saavedra», y [Tomás] Tamayo de Vargas bajo «Vargas,
Tamayo de». En fin, «más vale algo que no nada»
(Don Quijote, I, 21).
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277 n. 21. Véase Eisenberg, «Supuesta».