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61

Véase Parreño, pág. 20. (N. del A.)

 

62

Véase Juergen Hahn, «El capitán cautivo. The Soldier's Truth and Literary Precept in Don Quixote, Part I», Journal of Hispanic Philology, 3 (1979), 269-303. (N. del A.)

 

63

Luis Andrés Murillo, «El Ur-Quijote, nueva hipótesis», Cervantes, 1 (1981), 43-50. (N. del A.)

 

64

También habrá sido tema de las perdidas Batalla naval y Trato de Constantinopla. El tema de los moros está también presente en La casa de los celos y forma parte del fondo de La Numancia. Véase mi «¿Por qué volvió Cervantes de Argel?», en prensa en las Essays in Golden Age Literature Presented to Geoffrey Stagg on his Eightieth Birthday. (N. del A.)

 

65

Véase la nota anterior. Según Ciriaco Morón Arroyo, «La historia del cautivo y el sentido del QuijoteIberoromania, Neue Folge, 18 (1983), 91-105, «la cárcel en que se engendró el Quijote fue el cautiverio de Argel» (pág. 102). (N. del A.)

 

66

Morón, págs. 94-96 y 102 n. 17. (N. del A.)

 

67

«Las semblanzas que pinta Haedo de estos dos esclavos cristianos, que subieron, después de renegar de su fe, a ser reyes de Argel, no desdicen en absoluto de lo que cuenta de ellos Cervantes en la narración de El cautivo» (Camamis, pág. 88). (N. del A.)

 

68

Véase Camamis, págs. 80-81 y pág. 81, n. 29. «En toda la literatura del Siglo de Oro, difícilmente se encontrarían dos autores que coincidan tanto en sus repetidas condenas de la sodomía de los turcos como Haedo y Cervantes» (pp. 80-81). (N. del A.)

 

69

A Study of Don Quixote, Capítulo 2, nota 70 (pág. 69). Que este amor pedofílico fuera en principio censurable, a pesar de la felicidad de muchas parejas, se concluye de la manera en que se practicaba. No se usaba con muchachos musulmanes, los del vecino digamos, sino con jóvenes cristianos capturados. Muchas fuentes indican que los señores musulmanes preferían a amantes -varones o hembras- nacidos en tierras cristianas, y los niños eran a veces los más difíciles de rescatar. (Véase, por ejemplo, Bartolomé y Lucille Bennassar, Los cristianos de Alá. La fascinante aventura de los renegados, trad. José Luis Gil Aristu [Madrid: Nerea, 1989], págs. 309-16, 335 y 479-80 y Friedman, Spanish Captives in North Africa, págs. 154-55, quien menciona a Diego Galán como uno de los jóvenes esclavos cuyo amo no permitía que fuera rescatado.) (N. del A.)

 

70

Capítulo XXIX: «De las lenguas que se hablan en Argel». (N. del A.)