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Todas mis citas son de la edición de Sabor de Cortazar y Lerner. Toda investigación sobre El curioso impertinente debe por fuerza partir de los excelentes trabajos de Barbagallo, Hahn, Immerwahr, Wardropper, Wilson y Zimic que aparecen en «Obras citadas». (N. del A.)
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El número de tempos posibles es ilimitado, pero se les ha agrupado en cinco categorías globales: (1) elipsis (el tiempo de la fábula es infinitamente más largo que el tiempo de la historia; (TF>∞TH) , (2) resumen (el tiempo de la fábula es más largo que el tiempo de la historia; TF>TH), (3) escena (el tiempo de la fábula es aproximadamente igual al tiempo de la historia; TF≈TH, (4) reducción (el tiempo de la fábula es más corto que el tiempo de la historia; TF<TH) y (5) pausa (el tiempo de la fábula es infinitamente más corto que el tiempo de la historia; TH<∞TH) (Bal 1985). (N. del A.)
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La protofábula termina antes de la primera palabra del discurso, pero no tiene principio; la elipsis continuativa se inicia después de la última palabra del [p. 136] discurso, pero no tiene final; la elipsis interna tiene, por otra parte, tanto principio como final, ya que está circunscrita dentro del tiempo de la fábula. Las retrospecciones que ocurren en el tiempo de la historia (flashbacks) no son elementos de la protofábula, ya que son, cronológicamente hablando y ocurran donde ocurran, la «primera»
palabra de la fábula. Toda fábula tiene protofábula y elipsis interna(s), pero no se proyecta necesariamente en una elipsis continuativa. El curioso impertinente tiene protofábula y un gran número de elipsis internas, pero, dado que los tres personajes principales del discurso mueren al final de la narración, es difícil, aunque no imposible, concebirle una elipsis continuativa. (Un ejemplo de elipsis continuativa a El curioso impertinente sería un discurso basado en lo que le pasó a Leonora, la traidora doncella de Camila, después de la muerte de ésta.)
Tomemos el Quijote como piedra de toque para ilustrar los principios teóricos arriba mencionados. La inmensa mayoría de lo nunca narrado comprende elementos y eventos tan obvios (don Quijote respiraba) o tan superfluos (la cabecera de la cama de don Quijote no tocaba el muro de su cuarto) que no necesitan ser investigados; otros eventos y objetos necesitan ser considerados (narrados) con detenimiento: Protofábula -los orígenes y casta de Alonso Quijana (Flores 1997); dos Elipsis internas -las cosas no narradas que don Quijote ha de haber hecho en la semana que le llevó rehacer su media celada (Primera Parte, capítulo 1) y Capítulos que se le olvidaron a Cervantes (Juan Montalvo 1895); Elipsis continuativa -Historia de varios sucesos ocurridos en la aldea después de la muerte del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (José Abaurre y Mesa 1901). (N. del A.)
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Las únicas preguntas a las que la protofábula no responde (porque no hay nada en el discurso que sugiera una respuesta posible) son: ¿cómo eran los padres de Lotario y cómo y cuando murieron? y ¿cuándo, por qué y cómo murieron los padres de Anselmo? Pero el siguiente pasaje es muy sugerente:
(35, 289) |
Si esto era lo que se esperaba de un amo cuyo hogar era deshonrado por una criada, ¿qué no se podía esperar de un marido engañado que ve su hogar deshonrado por su esposa? De ahí la «cobardía»
del marido que no mata a la esposa infiel (¿el padre de Anselmo?, ¿Anselmo?). (N. del A.)
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Recuérdese, también, el caso de Dorotea, quien no les confiesa a sus padres la canallada de don Fernando, escapa a hurtadillas de la casa paterna y nunca regresa a ella en el tiempo de la historia (Flores 1995). (N. del A.)