141
Gordon-Duff at the time of his compilation of the Rylands Library Catalogue, 1899, noted a copy of Part II, 1620, but without the engraved title. (N. from the A.)
142
In his dedication to Buckingham Blount writes that the work
«
as a bashful stranger, newly arrived in English, having
originally had the fortune to be borne commended to a Grande of Spain (the
Count of Lemos); and by the way of translation, the grace to kisse the hands of
a great Ladie of France (the Duchess of Luynes)...
» De Rosset had dedicated his translation of Part II
to the Duchess. Blount's phrase «
newly arrived in English
» implies that the translation will have just been
completed. (N. from the A.)
143
Acerca de la espada de don Quijote, la que el personaje lleva consigo a través de la obra, y no ésta mágica, véanse los estudios de Murillo y Campoamor. (N. del A.)
144
La noción de serie se sustenta, lógicamente, en la definición que sigue de sus elementos comunes, pero ha de tenerse en cuenta, junto a ello, esta proyección compacta, en once capítulos, de sus elementos conformantes. Para la percepción de esta serie de anticipos y acciones como conjunto aislable, vease Murillo, 673. (N. del A.)
145
Para la confusión quijotesca (¿cervantina?) respecto a esta espada, véase Murillo, 674. (N. del A.)
146
Junto con el caballo, y desde las raíces histórico-épicas de lo caballeresco, la espada del héroe queda muy especialmente vinculada a su persona. Véase Murillo, 667. (N. del A.)
147
El profesor Murillo, que percibe, como se ha indicado, el
carácter de serie homogénea que tienen los anticipos y las
acciones que estudiamos, ofrece otra explicación:
«¿No es aparente que Cervantes idea una
estrategia más bien defensiva que agresiva para don Quijote? Un
bálsamo para aliviarse del dolor y curarse la herida, un yelmo para
protegerse la cabeza. Estos son los tópicos de la materia poética
sobre las armas de caballeros que acomoda don Quijote a su situación. No
existe la oportunidad de que haya otras. Ninguna aventura de don Quijote
está concebida a base de su espada, ni la de los leones; en ninguna
reclama su espada la importancia que van a tener en la venta y en el campo el
bálsamo de Fierabrás y el yelmo de Mambrino. De la rica
tradición de las armas de los héroes -recuérdese el de las
armas de Aquiles- sólo recuerda don Quijote estos tópicos y otros
detalles mínimos. En una ocasión sí recuerda la
tradición de la espada quitada al enemigo, pero lo que se trasluce de su
declaración es la insuficiencia de la espada que lleva, no la
posibilidad de que gane otra...»
A continuación cita el gran cervantista lo citado
más arriba del capítulo 18 de la Primera Parte. Lo que no hace es
indicar el estrechísimo vínculo textual que existe entre el
anticipo de conseguir una espada mágica y los anticipos y acciones
referentes al bálsamo y el yelmo; y lo que fuerza excesivamente en la
interpretación, a nuestro juicio, es ver tan sólo una
declaración de
«la insuficiencia de la espada que lleva, no la
posibilidad de que gane otra»
en palabras como
«... pero de aquí adelante yo procuraré
haber a las manos alguna espada hecha por tal maestría...»
. El profesor Dudley (363), sin percibir lo que tienen de
serie homogénea los tres anticipos de consecución de una concreta
materia caballeresca, opina que el hecho de conseguir el héroe el yelmo
en vez de la espada viene a simbolizar que en don Quijote es su cabeza, y no su
brazo, la fuente de su poder. El extraordinario valor simbólico que el
erudito cervantista otorga al yelmo no invalida, a nuestro juicio, nuestra
percepción de los tres anticipos que se estudian en estas líneas.
Para las fuentes y las interpretaciones simbólicas del yelmo de
Mambrino, véase el estudio del profesor McGaha. (N. del A.)
148
J. -J. A. Cervantès et le romantisme allemand, (Paris: Librairie Félix Alcan, 1914), p. 337. (N. from the A.)
149
Ibid., p. 407. (N. from the A.)
150
Ibid., p. 546. (N. from the A.)