91
BOSCO, EDUARDO. «Vuelta». En Obras. Buenos Aires: Ediciones del Ángel Gulab, 1952, T. I.
92
GÓMEZ, MIGUEL ÁNGEL. «Debajo del otoño». En Tierra melancólica. Buenos Aires: Canto, 1943.
93
Para el estudio del sustrato gnóstico de su cosmovisión, ver: LOUBET, JORGELINA. Coordenadas literarias I. Buenos Aires: El Francotirador, 1996; LISCANO, JUAN. Descripciones. Buenos Aires: Monte Ávila Editores / Ediciones de la Flor, 1983, pp. 73-102; PIÑA, CRISTINA. «Estudio preliminar». En Páginas de Olga Orozco seleccionadas por la aurora. Buenos Aires: Celtia, 1984, pp. 13-54; TACCONI, MARÍA DEL CARMEN. La nostalgia del paraíso y otros temas míticos en autores argentinos. San Miguel de Tucumán: Ediciones de la Biblioteca Alberdi, 1985, pp. 19-32; TORRES DE PERALTA, ELBA. La poética de Olga Orozco: desdoblamiento de Dios en máscara de todos. Madrid: Playor, 1987.
94
En el poema «El adiós», de Los juegos peligrosos, afirma: «[...] Me arrojaron al mundo en mi ataúd de hielo. / Una tierra sin nombre todavía corrió sobre este rostro con que habito en la desconocida: / era la tierra del castigo. / Era la hora en que comienzo a despertar entre los muertos con la evidencia de un anillo roto, / un vestido de momia desprendido de las vendas del cielo / y un espejo de sal donde puede leerse mi destino»
. OROZCO, OLGA. Los juegos peligrosos. Buenos Aires: Losada,
1962, p. 31.
95
Ver el poema «Desdoblamiento en máscara de todos», de Los juegos peligrosos.
96
OROZCO, OLGA. La oscuridad es otro sol. Buenos Aires: Losada, 1967, pp. 7-8.
97
OROZCO, OLGA. Cantos a Berenice. Buenos Aires: Sudamericana, 1977, p. 29.
98
OROZCO, OLGA. Desde lejos. Buenos Aires: Losada, 1946, pp. 11-12.
99
OROZCO, OLGA. Desde..., p. 82.
100
La primera es de raigambre romántica. Aparece en la especulación de Carl Gustav Carus, por ejemplo. DRAAISMA, D. Las metáforas..., p. 103. En el caso de Olga Orozco, se trata de una imagen que aparece en forma ocasional. Por ejemplo, en el poema, «Variaciones sobre el tiempo», de Mutaciones de la realidad (1979) y en otros textos. Por ello, no le dedico un desarrollo especial a esta imagen. Las otras dos son, como ya se observó, de filiación platónica y agustiniana.