El vallisoletano Agustín de Montiano y Luyando (1697-1764),
primer director de la Real Academia de la Historia, participa en el campo de la
literatura como poeta, teórico y autor dramático.
Educado en el espíritu postbarroco vigente en los primeros
años del siglo XVIII, su obra literaria de juventud no podía
estar ajena a esta influencia; entre las numerosas obras que compuso en esta
etapa merecen destacarse el poema bíblico
El robo de Dina, compuesto en octavas reales,
y el melodrama
La lira de Orfeo.
A finales de los años cuarenta, se opera un cambio radical
del gusto entre los escritores; éstos, abandonan la estética del
siglo barroco, para intentar dirigir la creación literaria hacia nuevos
horizontes estéticos. La semilla de este cambio ya había sido
echada por Luzán en 1737, pero comenzará, a dar sus frutos en las
décadas siguientes.
Montiano y Luyando participará de forma activa en este
cambio que se produce hacia la mitad del siglo. El primer gran poema donde ya
es patente la evolución es la presente
Egloga, leída por el propio autor el 5
de Octubre de 1747 en la Real Academia de la Lengua, de la que también
era miembro.
El poema se sitúa dentro el convencionalismo del
género. Al instante identificamos los signes de la convención
pastoril; la ambigua modestia del poeta culto que voluntariamente adopta el
rústico papel de pastor y tiene que suplir con sinceridad natural su
supuesta carencia artística. El poeta sigue a sabiendas un doble juego,
pues conoce que en realidad, la mayor parte de los pastores son pícaros
redomados, bestializados por la soledad y el contacto con la naturaleza. Y sin
embargo, el mito pastoril tiene una validez universal, pues el hombre
soñará siempre con la Edad de Oro, un mundo natural sin
corrupción en que los seres humanos lo son con mayor simplicidad y
autenticidad; es a este mundo imaginario, en el que el arte proporciona una
segunda y mejor naturaleza, al que Montiano nos invita a penetrar, para
sumergirnos en una atmósfera semimítica de un «locus
amoenus » eternamente edénico, un lugar pacífico, compuesto
por árboles que dan sombra, un arroyuelo que corre entre la blanda
hierba, el canto de los pájaros y la fragancia de las flores
multicolores. Este paisaje idealizado, que Curtius ha definido e investigado
como un topos a través de la poesía griega y latina338, constituye un
escenario esencial para las ninfas y los pastores de la tradición
clásica; sobre este mismo fondo, que el alegorista medieval había
utilizado con frecuencia, que Garcilaso de la Vega había proyectado para
entrar en contacto con una naturaleza sumamente estilizada, está
recreada esta
Egloga de Montiano y Luyando.
Así mismo, el tema está enraizado en la más
honda tradición clásica greco-latina; a través del tamiz
renacentista le llegará a nuestro autor. Es la queja del pastor
enamorado desdeñado por su pastora amada, que, o bien dialoga con otro
pastor amigo para que le aconseje o compadezca, o bien, llevado por su
exaltación amorosa, expresa sus sentimientos mediante un dolido
soliloquio (Julio al inicio de la estancia tercera). Montiano inserta otros
temas que también fueron recreados por Virgilio en la Antigüedad
Clásica, y por Garcilaso en el Renacimiento, ya que conectan con la
mentalidad neoclásica: la oposición de la prudencia y la
razón al amor pasional (vs. 32-39); el tema
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del
«Beatus ille» horaciano, incorporado a la tradición
clásica española en el menosprecio de corte y alabanza de aldea
(vs. 111-120 e inicio de la estancia segunda); virtud y no linaje como valor de
las personas (vs. 400-411); exaltación de la amistad individual (vs.
439-478); volubilidad de la fortuna (vs. 841-848, 1440-1522) adelantada en las
poéticas premoniciones (vs. 1259-1321).
Por otro lado, el mar (vs. 1766 y ss.) quizás represente el
amor como en los poetas del Siglo de Oro. «El reino de Neptuno, tan
propenso a cambios fuertes e inesperados, a tempestades tremebundas y
naufragios lastimosos, es figura apta para la pasión de amor, tan
mudable, tan difícil de dominar, tan sujeto al naufragio del que se
lanza en él, detrás de una pasión sin freno»339.
Montiano cambiará de forma estrófica cuando lo
requiera el contenido. La declaración de Lisardo a Leonisa en la
estancia segunda la compone en sextetos-liras. El amargo soliloquio de Julio en
la estancia tercera está escrito en octavas reales, quizá
recordando el
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uso de esta estrofa en los poemas bucólicos
del Renacimiento y Barroco; por vía de ejemplo señalaremos la
Égloga Tercera de Garcilaso. Por
último, en la imprecación que Lisardo hace al mar en la estancia
cuarta utiliza una estrofa alirada, que viene a ser como un desarrollo del
mismo tipo métrico que el sexteto-lira.
En el aspecto formal se aprecia un uso abundante del adjetivo,
fundamentalmente del epíteto, adjetivo no imprescindible para la
comprensión del significado de un mensaje lingüístico, de
función esencialmente expresiva. La elección de estos
epítetos continúa la tradición clásica
española que a partir de Garcilaso se impone en nuestras letras, y que
llegará atravesando el Barroco hasta el siglo ilustrado341.
Además, el carácter subjetivo y afectivo del poema se ve
potenciado por los numerosos diminutos que encontramos.
- Utilización de antropónimos iguales: Salicio y
Galatea.
- El empleo de premoniciones, aunque temáticamente sean
diferentes.
- La pérdida de la armonía en el universo antes de
dejar de amar a su pastora.
- Nombres de ríos conocidos: Tajo.
- Asimilaciones del infinitivo (v. 1032).
- Es significativo el párrafo donde los pastores se
declaran a su amada, y contrapesan su aspecto agradable a la belleza de ella.
Transcribimos los dos pasajes para apreciar la semejanza:
Égloga que
leyó D. Agustín de Montiano y Luyando en la Real Academia
Española el día 5 de Octubre de 1747344 |
Estancia
primera
| |
LISARDO -
JULIO.
| JULIO
| | Aquí, que Manzanares blandamente | | | | moja el pie de estos árboles umbríos, | | | | sentémonos, Lisardo, mientras pace | | | | el ganado, que busca diligente | | | | la hierva, en que su anhelo satisface. |
5 | |
| LISARDO
| | Así pudieran los deseos míos | | | | tan presto, Julio mío, sosegarse. | | | | Aun que si estos alegres corderillos | | | | probasen del amor la tiranía, | | | | negados a lo que es alimentarse, |
10 | | | no con pasos sencillos | | | | y mansedumbre suma, | | | | en la grama su afán se pararía. | | | | Tal le sucede al Toro quando, ansioso, | | | | la piel cubierta de su blanca espuma, |
15 | | | busca la Novilleja en monte y valle, | | | | e impaciente, vagando sin reposo, | | | | descubre lo que ama, | | | | ya la pierda o la halle, | | | | en la inquietud rabiosa con que brama. |
20 | |
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| | El Ruiseñor, también enamorado, | | | | publica su cuidado | | | | a las sombras y al día | | | | con triste melodía; | | | | y en el árbol, en donde |
25 | | | blando nido le esconde | | | | la dulce compañía, | | | | ya salta, ya se sienta, ya gorgea, | | | | indicios del afán en que se emplea... | | | | En fin, Julio, hasta un bruto, quando quiere, |
30 | | | de todo lo que no es amor se olbida. | | |
| JULIO
| | No lo ignoro, Lisardo; pero es justo | | | | que la razón modere | | | | con resuelta medida | | | | los violentos estremos de la queja, |
35 | | | como suele también a los del gusto; | | | | pues si al impulso del furor se deja, | | | | sin pronto adbertimiento, | | | | tocando en temerario sentimiento, | | | | la pena desmerece |
40 | | | los créditos de fina, | | | | quando indiscretamente se padece | | | | y en un tenaz ahogo se termina. | | | | ¿No te acuerdas que un día, retirando | | | | tu ganado y el mío hacia la Aldea, |
45 | | | de mi pasión los lances escuchando | | | | y el ceño de mi amada Galatea, | | | | quando de mi dolor enternecido | | | | te dejó mi paciencia convencido | | | | a que no es, no, bageza, que prudente |
50 | | | se sepa resistir lo que se siente? | | |
| LISARDO
| | ¡Ay, Julio, que essa rígida templanza | | | | tiene tal vez su apoyo en la esperanza! | | | | Mas yo que nada espero, | | | | aun del fin de mi mal destituido; |
55 | | | que, ¡ay de mí!, considero | | | | sin recurso perdido | | | | el bien que firme quiero, | | | | ciegamente obstinado | | | | en doblar, aunque en vano, mi cuidado, |
60 | | | cómo, cómo podré ya consolarme, | | | | si reúso hasta el medio de templarme. | | |
| JULIO
| | Ningún rigor se ofrece a nuestra suerte | | | | tan bárbaro, tan fiero, tan tirano, | | | | que, a fuer de ser humano, |
65 | | | no tenga su remedio aun sin la muerte. | | | | La gran Madre, la próvida Natura, | | | | que nos vio sugetos al veneno | | | | de tanto riesgo y daño | | | | como el hombre indiscreto se procura, |
70 | | | puso al entendimiento rico y lleno | | | | de triaca eficaz de desengaño, | | |
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| | omo suele la vívora aplicada | | | | por mano diligente | | | | a lo que infecta con maligno diente, |
75 | | | ella misma curar de su picada. | | |
| LISARDO
| | ¡Ay, amigo!, que estando embegecida | | | | la penetrada herida, | | | | sin tino los remedios se desbelan. | | | | No digo yo que acia su fin infausto |
80 | | | precipitados vuelan | | | | los míseros alientos | | | | de mi funesta vida. | | | | No estoi aún de juicio tan exhausto | | | | que pondere tan ciego mis tormentos, |
85 | | | como a algunos zagales les escucho, | | | | de los que sienten poco y hablan mucho. | | | | Pero también conozco que esta pena, | | | | este continuo llanto, | | | | este sumo quebranto, |
90 | | | este huir de tratar con los pastores, | | | | y en fin, esta tristeza, | | | | mis males han de hacer superiores, | | | | que passarán a ser naturaleza, | | | | débil assí, quanto ya fue robusta. |
95 | |
| JULIO
| | ¿Si esse peligro al corazón asusta, | | | | para qué no le evitas? | | |
| LISARDO
| | A su fineza el mérito limitas, | | | | si crees que el temor me sobresalte. | | | | No recelo yo, Julio, no, que falte |
100 | | | la salud o la vida, | | | | que fuera bien perdida | | | | por tan noble motivo; | | | | siento, sí, que padezca | | | | con daño succesibo, |
105 | | | por mi inacción causado, | | | | sin que alivio a mi suerte le merezca, | | | | ni le aguarde por mí solicitado. | | | | Y aun que sea interés el que me obliga | | | | a llorar el rigor de esta fatiga, |
110 | | | más quiero confesar sincero el hecho | | | | que, con fingido pecho | | | | y discurso no sano, | | | | mentir, en el estilo cortesano, | | | | con el trage falaz de las verdades. |
115 | | | Estas selvas, amigo, y este prado, | | | | testigos de inocentes voluntades, | | | | jamás vieron en árboles grabado, | | | | o del eco distante repetido, | | | | pensamiento explicado y no sentido. |
120 | |
| JULIO
| | Mil veces he resuelto preguntarte | | | | la poderosa causa que te aflige, | | | | y otras mil, receloso de enojarte, | | |
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| | a mi intención curiosa contradige, | | | | bien como amigo fiel, que huye el agrabio |
125 | | | de examinar lo que cautela el labio. | | | | Mas ya que de tus males la porfía | | | | pide pronto socorro, determino | | | | sufra esta nota la pregunta mía. | | | | Dime, pues, lo que agita tu destino; |
130 | | | se aquietará mi cariñoso anhelo. | | |
| LISARDO
| | Injusto fuera malquistar tu celo | | | | con mi silencio, ¡o amigo el más seguro! | | | | Yo expondré de mi angustia las razones, | | | | si a esso pueden llegar mis expresiones; |
135 | | | y aun que a nuebos pesares me apresuro, | | | | repetiré las duras aflicciones | | | | que produjo un succeso lastimoso; | | | | y no extrañes el daño que figuro, | | | | porque si todos juntos sólo explican |
140 | | | un dolor indistinto, aun que rabioso, | | | | no este mismo dolor me multiplican, | | | | sino quando señalo sus rigores, | | | | que entonces en cada uno se duplican, | | | | haciendo de un dolor muchos dolores. |
145 | | | Pero antes, por que no se nos alege | | | | el ganado esparcido, | | | | y de aquellos Jarales | | | | las espesuras dege, | | | | donde acuden tal vez otros zagales, |
150 | | | llámale, Julio, tú, con el chasquido | | | | de la onda, entre tanto | | | | que apaciguo el dolor y enjugo el llanto. | | |
| JULIO
| | Ya acia allí de Barcino, de Melampo, | | | | el siempre fiel ladrido |
155 | | | avisará, si alguno se desmanda; | | | | y por aquella vanda, | | | | tan ávido está el campo | | | | que no se arrimará cordero alguno. | | | | Comienza, pues, tu lamentable historia |
160 | | | y disculpa mi ruego de importuno. | | |
| LISARDO
| | ¡O no lo fuera más mi cruel memoria! | | | | Lejos de esta rivera | | | | hai una, a quien el mar roza apacible, | | | | pedazo de una isla, a quien, ufana, |
165 | | | hizo Naturaleza apetecible | | | | estancia de continua Primavera; | | | | si ya no es la avitación dorada | | | | donde Neptuno (no con pompa vana) | | | | mereció en algún tiempo, reberente, |
170 | | | Naútico templo a su húmido tridente, | | | | con tanta quilla armada | | | | como escondía el puerto, | | |
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| | antes que del Océano furioso | | | | las ondas escuchasen |
175 | | | del Marinero experto | | | | ecos, que en otro mundo resonasen. | | | | Aquí, pues, viví yo; y aquí, gozoso,
| | | | conduge muchos años sin cuidado | | | | a mi pobre ganado, |
180 | | | con tal olvido de mis patrios montes | | | | que ni en ayre o lenguaje, | | | | en costumbres o trage, | | | | me distinguí de los demás Pastores | | | | de aquellos orizontes. |
185 | | | Era el Archivo yo de sus amores, | | | | y como libre estaba, | | | | en su pasión tal vez los gobernaba; | | | | y tal con rudo numen exprimía | | | | su triste pensamiento, |
190 | | | o ya para las fiestas componía | | | | motes y empresas con que su tormento | | | | no menos se explicaba que lucía. | | | | Quando al redil amigo se volvía | | | | uno y otro rebaño presuroso, |
195 | | | su dueño venturoso, | | | | con rostro alegre y ánimo sincero, | | | | era en mi humilde choza compañero | | | | con quien fino y gozoso | | | | la noche melancólica engañaba, |
200 | | | hasta que el torpe sueño nos llamaba. | | | | Por el invierno frío, | | | | en ogar aseado, | | | | vieras, Julio, sentado | | | | mi rústico congreso. |
205 | | | De su pastora aquél cuenta el desvío, | | | | éste de la estación mide el progreso, | | | | uno las brasas cuidadoso arroja, | | | | y otro, arrimado más al lento fuego, | | | | secar procura su mojada ropa. |
210 | | | Vieras también que luego, | | | | sin preparar la explendidez la mesa, | | | | sirve mano sencilla, | | | | en limpia canastilla, | | | | ya la sana vellota o la castaña |
215 | | | con que mi gratitud los interesa, | | | | no embuelto el don en vanas expresiones, | | | | que suelen ser falacea las razones | | | | y la mano es no más la que no engaña. | | | | En el estío ardiente, |
220 | | | del alhagüeño ambiente | | | | gozábamos los soplos y, oficioso, | | | | procuraba guardarlos | | | | con el dulce melón apetitoso, | | | | el racimo sabroso; |
225 | |
—226→
| | o ya para templarles | | | | la sed siempre molesta, | | | | agua los presentaba | | | | de una cercana fuente conducida, | | | | de su cansancio más agradecida |
230 | | | por que tan poco cuesta | | | | la frescura que en ella se lograba, | | | | la brebe dilación de ser pedida. | | | | Y en fin, con todos era | | | | mi asistencia contada la primera |
235 | | | en el juego, en la caza, | | | | y en quanto gusto abraza | | | | el campestre egercicio, | | | | sin encontrar de su tibieza indicio. | | | | Voló el tiempo, pensión de ser dichoso, |
240 | | | y, descuidado con el largo uso | | | | de vivir libremente, | | | | ¡o quán en vano mi delito acuso! | | | | En un concurso que festibamente | | | | juntó del valle las zagalas vellas, |
245 | | | vi una que entre ellas | | | | assí se distinguía | | | | como suele en el campo, que aterido | | | | dejó el rigor de la estación más
fría, | | | | el almendro florido; |
250 | | | o, para no agrabiarlas en la parte | | | | que en mi comparación las pertenece, | | | | como suele la flor que debe al arte | | | | más pompa, más carmín, mayor fragancia,
| | | | diferenciarse de otras, cuya infancia, |
255 | | | como no culta, estraña nos parece, | | | | aun siendo de una igual naturaleza. | | | | Siguióse al ver, mirar; su gentileza | | | | llamaba a cada instante a mi cuidado; | | | | conocíme mudado, |
260 | | | y quíseme apartar del precipicio; | | | | mas, vacilante el juicio, | | | | dejaba el corazón azelerarse. | | | | Volvía a repararse, | | | | ganando la razón lo ya perdido; |
265 | | | pero en esta contienda dudosa, | | | | no sé si con intento o por descuido, | | | | reparó en mí Leonisa (que éste era | | | | el dulce nombre de mi cruel pastora) | | | | con un dejo apacible, qual si fuera |
270 | | | partícipe tal vez de lo que ignora. | | | | Entonces, presurosa | | | | la ya poco segura resistencia, | | | | se entregó a su pasión con tal violencia | | | | que dejó al pobre arbitrio, y digo poco, |
275 | | | ¡ay Julio mío!, amante, ciego y loco. | | | | Digéronla mis ojos mi deseo, | | | | y aun al baylar, estando junto a ella, | | | | quise darla noticia del trofeo; | | |
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| | pero el afecto mismo, por que pruebe |
280 | | | cómo junto temor y atrebimiento, | | | | quando con uno el alma incita y muebe, | | | | con otro al labio en turbaciones sella | | | | idioma que, si entonces le entendiese, | | | | más que no mis palabras la adbirtiera; |
285 | | | y esto aun quando asintiesse | | | | dentro del pecho a mi atención parlera, | | | | pues no llegando como yo a saberle, | | | | pudo notarle, pero no entenderle. | | | | Ibase el día, y ya se divisaban |
290 | | | las sombras en los montes más vecinos; | | | | ya alegres las quadrillas se apartaban, | | | | y en los varios caminos | | | | que a las felices chozas dirigían, | | | | solamente se oían |
295 | | | ecos, que vagamente resonaban; | | | | quando yo, diligente, cabiloso, | | | | confuso y silencioso, | | | | sigo a Leonisa, sin saber a dónde | | | | mi déseo me guía, |
300 | | | por más que me la esconde | | | | el tropel o la noche, que ya havía | | | | la distinción de objetos impedido. | | | | Al llegar a su albergue suspendido, | | | | paré sin leve acción el movimiento, |
305 | | | como aquel que, pisando divertido | | | | la senda poco hollada, | | | | dejó el camino cierto y espacioso, | | | | y al volver sobre sí, repara atento | | | | que, a costa de aumentarse la distancia |
310 | | | y doblar la fatiga, | | | | la senda se acabó, no la jornada, | | | | que a proseguir se obliga. | | | | Quedéme allí, mas fue tan sin reposo, | | | | que ni para apartarme de su estancia |
315 | | | me ayudó el alvedrío, | | | | esperando indeciso, sin que advierta | | | | que aun a esperar se me cerró la puerta. | | | | Creció en la soledad el desvarío; | | | | un pequeño rumor me asusta el pecho; |
320 | | | turba una voz mi diligente oído; | | | | y como en vano miro, escucho, acecho, | | | | quando ya todo con silencio estaba, | | | | aun más este silencio me turvaba. | | | | Quién pudiera explicarte de mi idea |
325 | | | uno y otro alterado pensamiento; | | | | mas cómo acertaré, si el labio duda | | | | que se iguale la voz con el intento. | | | | ¿Reparaste tal vez allá en la Aldea, | | | | quando alguno se muda, |
330 | | | que el primer día que se alojó en su
cassa, | | |
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| | como no tienen puesto señalado | | | | los trastos de que usa | | | | y está todo mezclado, | | | | si uno quiere, otro encuentra, aquél
reúsa? |
335 | | | Pues assí es lo que passa | | | | quando por inquilino | | | | entre amor en el Alma; que, impaciente, | | | | como ignora el destino | | | | propio de los afectos, aun que siente |
340 | | | que a un duro afán se entrega, | | | | busca el uno, halla el otro, a aquél se niega. | | | | Volvíme, en fin, a mi infeliz cabaña | | | | y, mal hallado en la quietud del lecho, | | | | antes que den indicio en la campaña |
345 | | | de que comienza el día | | | | las libre avecillas con su canto, | | | | sin dormir, mal despierto me levanto; | | | | y deseando estar sin compañía, | | | | para no reprimir llanto o suspiro, |
350 | | | buscaba el melancólico retiro | | | | de un bosque enmarañado, | | | | siguiendo, y no guiando mi ganado, | | | | quando Anfriso, un ilustre ganadero, | | | | como yo en aquel valle forastero, |
355 | | | íntimo amigo mío y confidente, | | | | buscándome venía, | | | | como siempre solía; | | | | y al ver que le recibo tibiamente, | | | | pálido el rostro, el sayo sin aseo, |
360 | | | la vista baja y todo sostenido | | | | del cayado torcido, | | | | con cariño impaciente | | | | estraña mi mudanza, | | | | y saliendo a los labios su deseo, |
365 | | | pregúntame la causa que me aflige. | | | | Creerás, Julio, que pude sin tardanza | | | | satisfacer su ruego; | | | | pues no fue, Julio, assí, que sólo dige: | | | | «déjame, Anfriso»; y prosiguieron luego
|
370 | | | Mis ojos a explicar lo que ocultaba. | | | | Él, que alterado mi pesar miraba, | | | | porfía; callo yo; buelve a inquietarse; | | | | y al tiempo que, cansado de quejarse | | | | de mi amistad, sentido me dejaba, |
375 | | | arrójome a su cuello sin aliento, | | | | y bañándole en lágrimas le pido | | | | disculpe de su error a mi tormento, | | | | pues enmudece sólo de corrido; | | | | que quien libre vivió, y a amar comienza, |
380 | | | de mirarse vencido se avergüenza. | | | | Referíle mi mal, nombréle el dueño | | | | que motivó tan repentino estrago; | | | | añadí que, cobarde a tal
empeño, | | |
—229→
| | resolvía sufrir sin declararme |
385 | | | el impulso primero, | | | | o, por mejor decir, traidor alhago, | | | | abandonando con rigor sebero, | | | | sordo al engaño infiel de la esperanza, | | | | sólo atento a la cruel desconfianza, |
390 | | | de que llegase a amarme | | | | Leonisa, como aquel que, al simple amago | | | | de su tímida idea, | | | | quisiera no querer lo que desea. | | | | Es verdad que tenía este recelo |
395 | | | más cuerpo en la evidencia de mi daño; | | | | era yo, Julio, estraño; | | | | Tirso, su Padre, del País amante; | | | | y para acrecentarse mi desvelo, | | | | él rico y poderoso, |
400 | | | y yo ceñido a un mísero rebaño; | | | | que el que sirve constante, | | | | rendido, cauto, fiel y respetuoso, | | | | siendo pobre, por más que se fatigue, | | | | merece, Julio, pero no consigue. |
405 | | | Malhaya el que primero | | | | valuó las voluntades | | | | tasando su poder por el dinero; | | | | origen fue de trágicas maldades, | | | | si el mérito se venga o la fineza |
410 | | | de ser precio de una alma la riqueza. | | | | Oyó Anfriso mi ahogo y, compasibo, | | | | sintió el empleo nuevo de mi vida; | | | | calló un rato, suspenso y discursibo; | | | | y mi pasión, sin duda bien medida |
415 | | | de su esperiencia suma | | | | me dijo... Mas ya empieza | | | | de las nocturnas aves tarda pluma | | | | a cruzar por el viento, y repetido | | | | nos anuncia la noche su gemido. |
420 | | | Vámonos, Julio mío, sin pereza | | | | el ocioso ganado recogiendo, | | | | pues vala y sólo alguno está paciendo; | | | | que si mañana fueres | | | | a buscarme en la selva más vecina |
425 | | | de aquel valle que umbrío y delicioso | | | | en la falda del monte se termina, | | | | anudaré si quieres, | | | | ya que assí mi obediencia te aseguro, | | | | el hilo de esta historia lastimoso. |
430 | |
| JULIO
| | Yo me alegro, Lisardo, que a seguirle | | | | te ofrezcas, quando quiero, y lo procuro, | | | | no se empeore el mal con referirle; | | | | que, según el afecto con que escucho, | | | | no será, amigo, mucho; |
435 | | | puedas tal vez en algo corregirle, | | | | pues templará tu justo sentimiento | | | | ver que también tus aflicciones siento. | | |
|
|
—230→
|
Estancia
segunda
| LISARDO
| | Religiosa amistad, sencilla y pura, | | | | indisoluble nudo |
440 | | | que atas las almas en unión segura, | | | | nada de tu poder estraño o dudo, | | | | quando, desecho, miro | | | | mi silencio tenaz que, misterioso, | | | | sólo dejo romperse del suspiro. |
445 | | | ¡O fuerza de un amigo cuidadoso, | | | | qué corazón habrá que te resista! | | | | ¡O, lo mucho que dista, | | | | en la fe con que se ama y corresponde, | | | | la igualdad finamente apasionada |
450 | | | de aquel traidor alhago con que esconde | | | | la palaciega infiel cortesanía | | | | la voluntad dañada! | | | | A influxo de una regla tan impía | | | | todo en la corte el interés lo rige, |
455 | | | de la lisonja la verdad vencida; | | | | y al pecho, a quien aquél menos aflige, | | | | la embidia mal nacida | | | | suele servir de escollo en que zozobre. | | | | No assí en estos apriscos, donde goza |
460 | | | más tranquilo su curso nuestra vida; | | | | la Paz se viste con pellico pobre, | | | | logrando un templo en cada humilde choza; | | | | y en las acciones, el Amor testigo, | | | | no es el amigo riesgo de su amigo. |
465 | | | Crédito, Julio, sea | | | | de este discurso mío. | | | | Yo mis ansias le fío, | | | | y él mi alivio desea, | | | | mutuamente alternado |
470 | | | el suyo y mi cuidado, | | | | siendo en los dos tan uno el sentimiento | | | | que aun tal vez se equivoca el instrumento, | | | | si no es con atención examinado. | | | | Cáusale en mí Leonisa, |
475 | | | y en él es mi dolor quien le precisa; | | | | y assí, desde su origen, si se advierte, | | | | nuestra amistad iguala nuestra suerte. | | | | Mas él es el que viene. Salgo al paso | | | | ansioso a recivirle |
480 | | | con cariño no escaso, | | | | que bien lo debo a lo que a mí me quiere. | | | | Voy luego, por reñirle | | | | tan prolija tardanza; | | | | aun que su culpa infiere |
485 | | | mi razón, que la engendra la esperanza, | | | | graduando los instantes | | | | por guarismos amantes. | | |
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| | ¿O, Julio, qué has tenido | | | | que tan tarde has venido, |
490 | | | donde ya te aguardaba | | | | con afecto impaciente? | | |
| JULIO
| | ¡Ay, Lisardo! Te juro que contaba | | | | los minutos por oras; mas estaba | | | | esperando a mi ingrata Galatea, |
495 | | | por ver si me consiente | | | | separar tanto engaño de su idea; | | | | y aun que la pena mía | | | | no logró la ocasión, por que trahía | | | | consigo quien mis quejas estorbase, |
500 | | | repetiré el buscarla, | | | | por si mi mal hallase | | | | término de obligarla. | | | | Ese motivo ha sido, que merece | | | | no de injusto le arguyas; |
505 | | | por que conozco ya se compadece | | | | tu amistad de mis ansias como suyas. | | |
| LISARDO
| | Quando ella no lo hiciera, | | | | por la confrontación en los pesares | | | | del que sufres el mío se doliera; |
510 | | | que son los infortunios singulares | | | | principio de una oculta simpatía | | | | que a veces, aun mejor que las estrellas, | | | | con interés recíproco aprisiona, | | | | enlaza y eslabona |
515 | | | querellas a querellas; | | | | que aun que varíe en todo | | | | el obgeto y acaso el accidente, | | | | por más que haga la causa diferente, | | | | en el sentir es uniforme el modo, |
520 | | | y a lo menos el vínculo perfecto | | | | se descubre en lo intenso del efecto. | | |
| JULIO
| | Prosigue, pues, con lo que Anfriso dixo, | | | | que aun que oy no puedo serte tan prolijo, | | | | por la inquietud de ver a Galatea |
525 | | | (bien que infructuoso el persuadirla sea), | | | | no faltará ocasión en que escucharte, | | | | que mi interés me acordará el buscarte. | | |
| LISARDO
| | No te replica mi cariño en nada. | | | | Comenzó de esta suerte: «Si pudiese |
530 | | | borrar, Lisardo, de tu triste idea | | | | la imagen que registro tan formada, | | | | que no lo fuera más si el tiempo huviese | | | | todo su diestro pulso exercitado, | | | | pusiera mi cuidado |
535 | | | mi atención y desvelo | | | | en conseguir, con obra tan gustosa, | | | | la quietud de tu vida. | | |
—232→
| | Mas ya que claramente mi recelo | | | | ve, no sólo dudosa, |
540 | | | pero en tan grabe herida | | | | imposible la cura | | | | que sólo reconozco por segura, | | | | como el práctico suele con destreza | | | | no aplicar específicos al daño, |
545 | | | sino, con rumbo estraño, | | | | corroborar la fiel Naturaleza | | | | para que a esfuerzo suyo se consiga | | | | el fin de su fatiga, | | | | assí yo solicito que procures |
550 | | | seguir la inclinación que te domina. | | | | Tal vez sea posible que asegures | | | | la mejor medicina, | | | | que no es en este mal remoto medio | | | | que su dolor fabrique su remedio. |
555 | | | Si cobarde callares, | | | | según de tus estremos congeturo, | | | | al continuo rigor de tus pesares, | | | | al implacable y duro | | | | fatal remordimiento |
560 | | | de tu mismo afligido pensamiento | | | | padecerás la pena | | | | a que el mayor conflicto te condena, | | | | si hasta burlar tu empleo | | | | ni esperanza quedase a tu deseo. |
565 | | | ¿Pues cómo, en igualdad de contingencia, | | | | sin dejar ocasión a la osadía, | | | | exercita tu tímida porfía, | | | | aún antes de el estrago, la paciencia? | | | | Sufrir quando el ahogo es infalible |
570 | | | acredita el coraje de invencible; | | | | mas quando el mal empieza, | | | | sufrir por no emprender será vileza. | | | | Si la cabra golosa, | | | | hollando el precipicio, no trepase |
575 | | | por peñas escarpadas, | | | | imposible sería que rumiase | | | | la planta, por difícil, más sabrosa | | | | que esconden de los riscos la quebradas. | | | | La fruta, que en el árbol manifiesta |
580 | | | su hermosura, y acaso en la alta rama, | | | | no se consigue, no, sobre la grama: | | | | cuesta el subir, y aun el peligro cuesta; | | | | y si el esfuerzo se repite en vano, | | | | a lo menos no es culpa de la mano. |
585 | | | Cada día registras cómo entrega | | | | rústico laborioso | | | | el rico grano al surco que lo guarda; | | | | y aun que no siempre con fortuna siega, | | | | y que otras veces al principio tarda, |
590 | | | a desmanes del tiempo riguroso, | | | | en asomar la deseada espiga, | | |
—233→
| | no por esso mitiga | | | | su perenne cuidado | | | | y el disponer, con esperanza nueba, |
595 | | | la dura tierra con el corbo arado | | | | hasta que muda la inclemencia, y prueba | | | | que, amontonado el oro, | | | | rinde a sus troxes próvido thesoro. | | | | Mucho te enseña un egemplar tan cierto |
600 | | | si le examinas adecuadamente; | | | | que en fin, Lisardo, si tu estado advierto, | | | | hallo que solicitas imprudente | | | | (y no podrá la réplica evadirte) | | | | matarte, por temor de no morirte. |
605 | | | Sirbe a Leonisa, búscala rendido, | | | | que amor deshace agravios de la suerte. | | | | Sea Tirso contrario conocido; | | | | ella tal vez no lo será tan fuerte. | | | | Suspira, no desistas, que el suspiro |
610 | | | vence las esquibeces de un retiro; | | | | la queja bien sentida | | | | no menos enternece si es oída; | | | | lágrimas en los ojos | | | | principio son de conseguir despojos. |
615 | | | Tus prendas son bastantes | | | | aun a muchos amantes; | | | | pocos tus bienes son, pero ya sabes | | | | que hay para el corazón distintas llabes. | | | | Esto mi afecto entiende, y mi esperiencia; |
620 | | | la razón por mi voz te desengaña. | | | | No aprendí, no, en los montes esta ciencia, | | | | en el Liceo, sí, y en la campaña. | | | | Allí también amé, y a costa
mía | | | | estudié tan fatal philophía; |
625 | | | fatal, pues es preciso | | | | sea el dolor lección para el aviso». | | | | Assí me aconsejaba | | | | la discreción de Anfriso; y convencida | | | | mi timidez, en vano combatida |
630 | | | antes de mi razón, flaca y confusa, | | | | con mudo sobresalto se alentaba | | | | a desear lo mismo de que huía. | | | | No sólo no reúsa | | | | en tal estrecho ya mi fantasía |
635 | | | amar rendidamente, | | | | pero aun quiere, impaciente, | | | | volver a ver la causa soberana. | | | | Era entonces el tiempo en que serena | | | | la luz y puro el viento |
640 | | | unánimes hacían la mañana | | | | deliciosa y la selva tan amena, | | | | con los vivos matices de las flores, | | | | que dirías, o Julio, que abariento | | | | no guarda Paphos para digna estancia |
645 | | | de la Madre feliz de los amores | | | | ni tanta variedad, ni tal fragancia. | | |
—234→
| | Recién vestidas, las flexibles ramas | | | | de los robustos troncos verdegueaban. | | | | En las calientes camas |
650 | | | los pájaros gozosos sacudían | | | | la descansada pluma, | | | | y en los músicos coros que formaban | | | | canto no prevenido repetían. | | | | Mientras, la blanda espuma |
655 | | | del mar plácidamente | | | | se disuelve en la orilla, | | | | con embate que el eco apenas siente, | | | | y sale la ligera nabecilla | | | | del abrigo del puerto |
660 | | | a hender el golfo que temía incierto. | | | | Por gozar, pues, la jubentud del año, | | | | más de un manso rebaño, | | | | de cándidas zagalas dirigido, | | | | dexaba, al Alva, su paterno egido; |
665 | | | y ellas, con pie trabieso y dulce agrado, | | | | tegiendo lazos por el fresco prado, | | | | hacia un claro arroyuelo | | | | que por floridas juncias caminaba | | | | dibertidas venían, |
670 | | | quando yo, que a favor de mi desvelo | | | | cubierto de unas matas acechaba | | | | aun la expresión que incautas proferían, | | | | viendo que ya Leonisa se acercaba, | | | | rompí del labio el congojoso hielo |
675 | | | y el alma toda, con la voz unida, | | | | assí cantó... Escucha por tu vida. | | | | Vellíssima pastora, | | | | gloria del valle, adoración del soto, | | | | que hasta sus troncos con tu culto honora, |
680 | | | ya penda humilde el voto | | | | o inscriba en ellos religiosa mano | | | | de su esperanza monumento vano. | | | | Escucha a quien amante, | | | | rendido y fiel te sirve y te venera, |
685 | | | desde aquél, para mí, feliz instante | | | | en que puse, altanera, | | | | a tus pies, como término a su empleo, | | | | la aventurosa fe de mi deseo. | | | | Tal vez desconocido |
690 | | | llamará a tu noticia mi lamento, | | | | o enojoso a los ceños de tu oído | | | | conseguirá mi acento, | | | | quando más tu rigor quiera indultarle, | | | | que te pares a oírle, no a escucharle. |
695 | | | Pero aun que en vano aspiren | | | | a vencer tu atención mis expresiones, | | | | resuelto determino que conspiren | | | | sus humildes razones | | | | a labrar a los riesgos de su daño |
700 | | | si no efugio, a lo menos desengaño. | | |
—235→
| | No desdeñes que sea | | | | en estos campos pobre y estrangero, | | | | que en otros por ventura lisongea | | | | a más de un ganadero |
705 | | | con mi antigua cabaña la adherencia, | | | | aún venerada en medio de mi ausencia. | | | | No blasono riqueza | | | | ni tampoco mendigo mi sustento; | | | | mi patria sabe, puedo sin vageza |
710 | | | vivir; y que contento | | | | gozaría (mejor si tú lo viesses) | | | | pingüe fruto de vides y de mieses. | | | | Si acaso no me engaña | | | | más de un arroyo puro y cristalino, |
715 | | | soi tal (y aún lo miraba esta mañana) | | | | que, según imagino, | | | | quando no a merecer todo un cuidado, | | | | basto a no deslucir algún agrado. | | | | Mi pasión es tan fina |
720 | | | que sólo en ella el mérito no cedo. | | | | El alma que despótica domina | | | | bien ofrecerte puedo, | | | | feliz si ya que Amor no la premiase, | | | | tu esquivez sus afectos perdonase. |
725 | | | Con esta acción piadosa, | | | | si acaso alcanzo que mi ruego atiendas, | | | | mi voz entonces cantará gozosa | | | | tu peregrinas prendas. | | | | Dará la fama, aun a tan brebes sumas, |
730 | | | parleras lenguas y veloces plumas. | | | | El apacible viento | | | | no bajará jamás de la alta sierra | | | | sin que llebe consigo el dulce accento | | | | que mi dolor destierra. |
735 | | | Oyrá tu nombre el monte allá en sus
huecos, | | | | y el valle y selva volverán los ecos. | | | | Feliz mi albergue pobre | | | | burlará al Noto la rebelde saña, | | | | ya cruja el pino o titubee el robre |
740 | | | en la opuesta montaña; | | | | ni, en la estación ardiente, el Can rabioso | | | | turbará de sus dueños el reposo. | | | | Aun que no te merezca, | | | | igualmente por solo que por mío, |
745 | | | como a tus ojos digno les parezca, | | | | su distinción confío; | | | | que él passará, ¡o Amor, lo que
avilitas!, | | | | de solo a singular si tú le abitas. | | | | Nunca escaso se mira |
750 | | | de dulce leche y de reciente queso; | | | | colgada fruta suave olor respira; | | | | y el cabrito trabieso, | | | | sin ver la clara luz alimentado, | | | | ocupa limpia mesa sazonado. |
755 | |
—236→
| | Con onda, lazo o liga, | | | | el conejo, perdiz y pajarillo | | | | son útil diversión de mi fatiga. | | | | Trabajo más sencillo | | | | sigo a veces, buscando al pecezuelo |
760 | | | enrredado a la nasa o el anzuelo. | | | | Todo a tu arbitrio fuera | | | | postrada ofrenda de un respeto amante, | | | | si aún aora mi susto no leyera | | | | tu enojo en tu semblante. |
765 | | | Quiere y verás, te jura rendimiento | | | | aun la libre estensión del pensamiento. | | | | Sí, Leonisa, recibe | | | | con agrado verdad tan generosa, | | | | que mi pecho, que ufano la concibe |
770 | | | con intención honrosa, | | | | emuló firme de la llama en que ardo, | | | | provará que jamás mintió Lisardo. | | | | Esto, amigo, sentí, v esto espresaba; | | | | y mientras por el césped floreciente |
775 | | | de la orilla, atendían, | | | | bien que con paso incierto, | | | | a quien tan tiernamente se quexaba, | | | | yo cuidadosamente | | | | de mi Leonisa advierto |
780 | | | que en las blancas megillas se vertían | | | | tivias inundaciones; | | | | y arrebatado en dulces suspensiones, | | | | a ver la perfección de sus enojos, | | | | el corazón se me asomó a los ojos. |
785 | | | Las demás compañeras | | | | con risa misteriosa | | | | la cercan y festejan placenteras. | | | | Ella, con espresión nada dudosa, | | | | quiere negar ayrada |
790 | | | la que suponen fiel correspondencia, | | | | y en lo inquieta y turbada | | | | su malicia adelanta una evidencia. | | | | Fuéronse, pues, siguiendo su disputa; | | | | y quando ya, distante, no la oía, |
795 | | | quedé... Tú, Julio mío, lo reputa, | | | | si alguna vez perplejo has aguardado | | | | la admisión o desprecio a tu osadía. | | | | Pero no duró mucho mi cuidado, | | | | que aquella noche me contó Marfisa, |
800 | | | estrecha confidente de Leonisa, | | | | quanto a mis versos sucedió en el Prado; | | | | y aún más que ponderó su confianza | | | | para alentar mi tímida esperanza. | | | | Díjome que celase |
805 | | | mi pasión de manera | | | | que nadie penetrase | | | | quál el objeto era; | | |
—237→
| | que, para deslumbrar las que escucharon | | | | mi expresivo lamento, |
810 | | | no faltaría modo | | | | con que vorrar las voces que notaron, | | | | hasta hacerlas creer que llevó el viento | | | | aun de sus ecos el impulso todo. | | | | Añadió previniese |
815 | | | que, aun que fino y rendido | | | | a Leonisa sirviese, | | | | nunca sería con piedad oído | | | | si de su genio a convencer lo ingrato | | | | no armaba mi razón con mi recato; |
820 | | | por que el ser yo atendido | | | | con menos repugnancia | | | | de la que, siempre altiva, | | | | mantubo por dictamen preferido | | | | como timbre tal vez de su jactancia, |
825 | | | no era seguridad de que cautiba, | | | | si su favor mi triunfo publicase, | | | | hacia el perdón el ánimo doblase. | | | | ¡O Julio mío, y quánta | | | | alteración gustosa |
830 | | | introdujo en mi pecho | | | | cláusula para mí tan venturosa! | | | | Parecíame ya ver que quebrantaba | | | | de su esquivez el ídolo, y que luego, | | | | con débil o fingida resistencia, |
835 | | | para más gloria de que está desecho, | | | | del Amor en presencia, | | | | sobre las asquas del benigno fuego, | | | | los dos con prontos brazos | | | | cebábamos la llama en sus pedazos. |
840 | | | Engaño fue de mi ligera idea, | | | | pues el temor de mi voluble suerte | | | | debiera contener mi pensamiento, | | | | por que no es, Julio, no, si bien se advierte, | | | | feliz el que llegó donde desea, |
845 | | | sino es aquel que con tranquilo asiento | | | | y continuada próspera evidencia | | | | goza un bien que tiene contingencia. | | | | Assí, no es propiamente desdichado | | | | quien no logró lo que buscaba ansioso, |
850 | | | sino aquel que después de haver logrado | | | | pasó a ser infeliz desde dichoso. | | | | Concepto que, si entonces la cordura | | | | le huviera adelantado, no tan triste | | | | mi presente congoja lloraría |
855 | | | la pérdida fatal de su hermosura, | | | | que tan en vano mi razón resiste; | | | | por que si una aprensión de mi alegría | | | | fue el móvil, descubierta | | | | también mi pena juzgaría incierta. |
860 | |
|
—238→
| JULIO
| | Suspende por aora, | | | | Lisardo mío, el trágico suceso, | | | | que el impaciente esceso | | | | de mi pasión me acuerda mi Pastora, | | | | mi Galatea, si es acaso mía |
865 | | | quien tanto se desvía | | | | de aquel primer amor que estrechamente | | | | ató mi corazón a su destino. | | | | Un tiempo dulcemente | | | | en que yo, más dichoso, no más fino, |
870 | | | merecí sus favores, | | | | como mía la amaba, | | | | pasóse ya. Vinieron sus rigores, | | | | y encuentro tan esclaba | | | | mi voluntad a su desdén sebero |
875 | | | que, quanto más me ofende, más la quiero. | | | | Este lazo me lleba | | | | a hacer un nuevo examen de sus iras, | | | | que aun que mi inútil prueba | | | | tenga un fin semejante al que suspiras, |
880 | | | si consiguiese verla, | | | | gloria sea, que no podré perderla. | | |
| LISARDO
| | Si mi mal admitiese | | | | la dulce pena de sentir mirando, | | | | por intensa que fuesse, |
885 | | | oyeras, Julio, con accento blando | | | | salir el alma en el postrer accento, | | | | sin turbar su armonía | | | | el postrer sentimiento. | | | | Pero en mi suerte impía |
890 | | | padezco, sin que sepa la que adoro | | | | que aun olvidado y aun ausente lloro. | | | | No te detengas; búscame en la Fuente | | | | del Pino quando quieras | | | | que el triste resto de mis ansias cuente. |
895 | | | Son allí a mi ganado placenteras | | | | las siestas, con el soplo delicioso | | | | que del nebado Guadarrama sale. | | | | Allí el ruido del agua bullicioso, | | | | antes que a Manzanares acaudale |
900 | | | su perenne tributo, | | | | hace al vecino césped más enjuto | | | | transportín agradable donde mullen | | | | zéfiros voladores, | | | | juncos, hiervas y flores |
905 | | | que al suabe impulso bullen. | | | | Allí te aguardaré. Feliz te emplea | | | | en convencer tu esquiva Galatea. | | | | A Dios, mi Julio, a Dios; no seas tardo. | | |
| JULIO
| | Ya pronto te obedezco. A Dios, Lisardo. |
910 | |
|
|
—239→
|
Estancia
Tercera
| JULIO
| | ¡Qué tranquila que ofrece | | | | la soledad a la inquietud de un triste | | | | ocasión de quejarse | | | | que no es pequeña dicha en quien padece! | | | | Testigo mudo, a su dolor asiste, |
915 | | | in que interrumpa el dulce lamentarse; | | | | no como entre el bullicio impertinente | | | | donde, por uno que piadoso lucha | | | | con el ageno mal, risueñamente | | | | la multitud tirana los escucha. |
920 | | | Aquí sí que, ignorado | | | | del odio o de la envidia macilenta, | | | | puede mi fiel cuidado | | | | gemir sin que le acechen. | | | | Aquí no le amedrenta |
925 | | | el ceño ingrato, pero siempre hermoso; | | | | ni tampoco recela le coechen | | | | favores, estrangeros a su oído. | | | | Bríndame, sí, al reposo, | | | | quanto hace este retiro apetecido; |
930 | | | y como sólo atiendo | | | | al murmullo del agua que, corriendo | | | | por entre limpias guijas acompaña | | | | al susurro que forma el manso viento | | | | en los copudos árboles que halaga; |
935 | | | o bien entre las ojas, ciento a ciento, | | | | para hechizo mayor de la campaña, | | | | las simples avecillas a porfía, | | | | de su cadencia vaga | | | | la confusa armonía |
940 | | | alternan, sin huir plomo villano; | | | | todo, sea favor o engaño sea, | | | | me convida a pensar en Galatea. | | | | Su rostro soberano, | | | | peligro de las almas y las vidas, |
945 | | | me parece que miro fulminando | | | | rigores inclementes, | | | | iras apetecidas | | | | contra un pecho que alienta suspirando, | | | | que tolera rendido, |
950 | | | haciendo vanidad de ser vencido. | | | | Y tú, Deydad mentida, Dios tirano, | | | | Numen injusto, Ydolo inhumano; | | | | tú, Amor, pues tú lo escuchas, lo
consienta. | | | | ¡Qué puntual la memoria |
955 | | | me acuerda los axcensos de mi gloria! | | | | Mas, ¡ay!, que renobando llanto y susto, | | | | también me representa | | | | la funesta caída de mi gusto. | | |
—240→
| | ¿Si estará con su queja tan contenta |
960 | | | que burlará la mía? | | | | ¿Si hará, desapiadada, | | | | su injusta tiranía | | | | inútiles mis ruegos? | | | | ¿Si negará, obstinada, |
965 | | | hasta su vista a mis afectos ciegos? | | | | ¿Quién dudará que todo lo egecute | | | | y que la culpa impute | | | | a mi olvido o mudanza?; | | | | pues si, de las sospechas asistida, |
970 | | | sólo el error o el menosprecio alcanza, | | | | lugar de conclusión mal resistida, | | | | mientras dure en su concepto ilusa | | | | ni me valdrá el cariño ni la escusa. | | | | Pero por más que fiera |
975 | | | te esquibes, o Pastora, a mis lamentos, | | | | ya que el alma presente considera | | | | tu imagen, y que logran sus accentos | | | | el fingido consuelo de argüirte, | | | | mientras Lisardo llega (que distante |
980 | | | no estará ya, según lo ha prometido), | | | | oirás de mi pasión noble y constante, | | | | en sentidas razones, | | | | quánto es capaz su enojo de decirte, | | | | que no llegará a agravio conocido |
985 | | | or que está el corazón de impulso falto, | | | | y el labio de expresiones, | | | | si a tu obsequio no miran; | | | | y aún éste a de costarle un sobresalto, | | | | según ya los temores me lo inspiran. |
990 | | | Prestarán los albogues su dulzura | | | | de mi voz a la triste desbentura; | | | | y estas selvas, que un tiempo me escuchaban, | | | | sentirán lo que entonces me envidiaban. | | | | Contra ti, peregrina zagaleja, |
995 | | | no confiado ya como solía, | | | | desata el pecho la amorosa queja, | | | | despique lebe de la ofensa mía. | | | | No la tuya, por eso, me aconseja | | | | de mi atención la justa cobardía, |
1000 | | | que aun teme que hagas el rigor empeño, | | | | por que no venza mi razón tu ceño. | | | | Acordaréte, sí, quando el ganado, | | | | desde el primer albor de la mañana, | | | | le uníamos alegres y, abrevado, |
1005 | | | discurría a su arvitrio en la campaña, | | | | en tanto que los dos, dejando el Prado, | | | | por redimirnos de la estiba saña | | | | buscábamos, con plácida costumbre, | | | | la fresca falda de frondosa cumbre. |
1010 | |
—241→
| | Allí, sobre las matas que bañaba | | | | arroyuelo del monte desprendido, | | | | dévil junco con liga embarazada | | | | a más de un pajarillo inadvertido, | | | | verde red otras veces atajaba |
1015 | | | su buelo, por nosotros dirigido, | | | | y yo a tus pies rendía diligente | | | | del malicioso ardid triunfo inocente. | | | | Del Álamo más alto, que domina | | | | la vegetable población del soto, |
1020 | | | a mi traviesa planta se destina | | | | el más distante o ignorado coto. | | | | El nido, que en la copa se avecina, | | | | su firme apoio desgajado o roto, | | | | despojo fue de mi trabiesa mano, |
1025 | | | y después de tu arbitrio soberano. | | | | No olvidaré tampoco el tiempo en que era | | | | obligado el cobarde gazapillo | | | | a que busque veloz la madriguera | | | | y entregue el cuello a lazo no sencillo. |
1030 | | | ¡O, nunca esta fatiga se me huiera, | | | | y durase el hacello, no el decillo! | | | | Quanto silvestre Dios desde algún tronco | | | | llorara fino, gemiría ronco. | | | | ¡Pues qué, si mientras dabas al reposo |
1035 | | | el delicado cuerpo, recostada | | | | sobre el cálido brazo, ardía hermoso | | | | el carmín en megilla delicada, | | | | y yo a tu lado, quieto y silencioso, | | | | gozé vista tan dulce y anhelada! |
1040 | | | Amor entonces, por mirarte, ufano | | | | depuso con la venda lo tirano. | | | | Vosotras, aguas de esta fuente pura, | | | | que vais a Manzanares, desde donde | | | | corréis con el Tajo, mientras dura |
1045 | | | su nombre claro, hasta que el mar le esconde, | | | | ya que unión tan antigua me asegura | | | | que a vuestro trato su favor responde, | | | | preguntadle si acaso en su ribera | | | | no fue mi dicha en todo la primera. |
1050 | | | En uno y otro margen, yo confío | | | | que aún cantarán, con labios placenteros, | | | | felices lauros del afecto mío | | | | no menos los Pastores que Barqueros. | | | | Del alto monte al valle más sombrío |
1055 | | | no ignorarán frecuentes pasageros | | | | lo mucho que debiste a mi memoria, | | | | que aún se acuerda la embidia de mi historia. | | | | Sólo tú, Galatea, ya cortaste | | | | de comercio tan fino el nudo estrecho, |
1060 | | | y con ingrato paso abandonaste | | | | de tu mísero Julio el triste pecho. | | |
—242→
| | Mas no imagines, no, que lo lograste | | | | de parte suya, pues verás desecho | | | | antes el común orden, y que agrade, |
1065 | | | que corra el Pez y el Jabalí nade. | | | | Primero a la montaña cabernosa | | | | subirá, contra el curso que le guía, | | | | de este arroyuelo la corriente undosa, | | | | o faltará la luz al medio día. |
1070 | | | Primero en la tiniebla silenciosa | | | | renovarán las aves su armonía. | | | | Primero, en fin, que falte a Galatea, | | | | vivirá sin afán el que desea. | | | | Nací para quererte, y mi fineza, |
1075 | | | no sé si a influxo de celeste lumbre, | | | | a la dicha de ser naturaleza | | | | añade nueva causa a la costumbre. | | | | No conoce mi ardor de la tibieza | | | | la villana, enojosa pesadumbre; |
1080 | | | ni crece merecer, aun quando temo, | | | | por que supo empezar por el extremo. | | | | La poderosa lima de la ausencia | | | | ni un eslabón gastó de mis prisiones | | | | ni en la constante fe de mi paciencia |
1085 | | | lograron un desliz tus sinrazones. | | | | Más fino que me viste en tu presencia | | | | te adoraron mis puras oblaciones, | | | | y en mi feliz humilde rendimiento | | | | ni aún osó delinquir el pensamiento. |
1090 | | | Bien sé que algún cuidado malicioso | | | | te supuso mi olvido o ligereza, | | | | y que al aviso injusto y engañoso | | | | asintió voluntaria tu velleza. | | | | Plegue al cielo que nunca venturoso |
1095 | | | vuelva a ser, (o Pastora) en tu fineza, | | | | si te falté jamás; pues él lo sabe, | | | | él, si te miento, mi esperanza acabe. | | | | Volvamos, pues, a aquel gozar tranquilo | | | | de nuestras almas tiernamente unidas. |
1100 | | | Mientras indulta la tigera el hilo, | | | | no como dos se cuenten nuestras vidas; | | | | halle el veloz, inexorable filo | | | | las ebras entre sí tan bien tegidas | | | | que un solo golpe que la Parca egerza |
1105 | | | las corte, pues no es fácil las destuerza. | | | | Mas si al vínculo afable te negares, | | | | rebelde a la razón que te persuado, | | | | vive tú, vive, y sean los pesares | | | | el término fatal de mi cuidado. |
1110 | | | Sólo pido que el día que escuchares | | | | que murió Julio, triste y desdichado, | | | | no dudes, aun que paga inútil sea, | | | | que murió idolatrando a Galatea. | | |
|
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| LISARDO
| | Cese ya, cese el lagrimoso canto, |
1115 | | | cese el acorde llanto | | | | y no pródigo, Julio, de tu vida, | | | | lástima das aun a las duras peñas | | | | en cuyos ecos vaga dolorida | | | | tu penetrante voz, de que da señas |
1120 | | | Ninfa que en ellos mísera se esconde | | | | y, tiernamente, a tu gemir responde. | | | | Desde este montecillo te escuchaba, | | | | creyendo que la queja te aliviase; | | | | pero, viendo la agraba |
1125 | | | más que dilates sus funestas voces, | | | | por que el continuo sollozar cesase, | | | | como viste, con pasos tan veloces | | | | bagé, que pudo mi feliz desvelo | | | | legar sin dilación, con ser consuelo. |
1130 | |
| JULIO
| | No presumas, Lisardo, que minora | | | | el silencio la rabia que me ofende. | | | | Dentro del pecho, a donde siempre mora, | | | | la reflexión la enciende | | | | del mismo modo que subiendo al labio. |
1135 | | | Jamás cesa mi agravio | | | | de afligir mi memoria, | | | | por que jamás de su beldad me olvido, | | | | ni de aquella victoria | | | | en que triunfó mi amor con ser vencido. |
1140 | |
| LISARDO
| | Tú, Julio, me decías, | | | | quando escuchabas las angustias mías, | | | | que no hay mal que no deba | | | | remedio a la razón, si ella le prueba. | | | | Torna el consejo aora. |
1145 | |
| JULIO
| | No es mi razón, amigo, quien lo ignora. | | | | Mi pasión solamente lo resiste, | | | | que si ha de hablarte la verdad su idioma, | | | | en estos accidentes | | | | se da el consejo, pero no se toma. |
1150 | |
| LISARDO
| | ¿Luego, tú te rendiste | | | | a los últimos riesgos inclementes | | | | de amar la ingrata que tu ofensa quiere? | | |
| JULIO
| | Yo te confieso que el dolor desea | | | | (¡quán gozosa el alma lo prefiere!) |
1155 | | | durar, mientras le cause Galatea. | | |
| LISARDO
| | En tan idalga, generosa lucha, | | | | sólo a la mía iguala tu fineza. | | |
| JULIO
| | Pues si mi amor te escucha | | | | que le imitas, no culpes su tristeza, |
1160 | | | quando eres egemplar al sentimiento. | | | | Y ya es infructuoso | | | | disputar en las penas que sufrimos. | | |
—244→
| | Continúa el succeso de Leonisa, | | | | que me tiene curioso |
1165 | | | ver cómo nos unimos | | | | en el fin sin ventura. | | |
| LISARDO
| | Por que no esté indecisa | | | | tu atención, le prosigo, | | | | cueste o no a mi pesar mayor ternura, |
1170 | | | que hago al cielo testigo | | | | de que, a no ser a ti, ni suspirara | | | | de temor, que aun el viento lo escuchara; | | | | que si me agravia su veldad, más quiero | | | | pensar callando que gemir grosero. |
1175 | | | Débame este silencio ya que un día | | | | le rompió torpe la desdicha mía. | | | | Apenas, pues, miré como posible | | | | mi amor recién nacido, | | | | quando la sed del pecho inextinguible |
1180 | | | cebé a su vista, tanto más rendido | | | | quanto encontré sereno | | | | a mis ojos el plácido veneno. | | | | Jamás del Alva la rosada huella, | | | | entre visos y albores, |
1185 | | | de Venus descubrió la clara estrella | | | | sin que yo no estubiese, | | | | al primero bostezo de las flores, | | | | donde a Leonisa viese, | | | | al tiempo de salir de su cabaña, |
1190 | | | más que las flores y que el Alva hermosa. | | | | Seguíala después en la campaña, | | | | haciendo acaso el ansia de servirla | | | | la fe de mi obediencia escrupulosa; | | | | y aun que pasaron meses sin decirla, |
1195 | | | con espacio, mi afecto fervoroso, | | | | y sólo a veces con partida frase | | | | conseguí que mis ansias escuchase, | | | | algún agrado, bien que receloso, | | | | trabeseando en sus ojos me alentaba, |
1200 | | | y aquel silencio por feliz contaba. | | | | Una tarde, a la ora en que el ganado | | | | busca la sombra donde mansamente | | | | penetra el aura suabe v deliciosa, | | | | y dejando de pacer yace cansado |
1205 | | | sobre la tierra herbosa, | | | | yo, que también llamaba diligente | | | | con la quietud al sueño, | | | | en el punto que empieza | | | | a esparcir su veleño |
1210 | | | en las acciones, torpe, la pereza, | | | | siento un rumor, y el corazón me avisa | | | | en lugar del oído. | | | | Los agrabados párpados desplego, | | | | y casi junto a mí veo a Leonisa. |
1215 | |
—245→
| | Creo que estoy dormido; | | | | desengáñeme; y quando a hablarla llego, | | | | como también me recivió turbada, | | | | la dije mucho en no decirla nada. | | | | No corto tiempo se pasó callando |
1220 | | | sin que uno u otro la expresión cobrase | | | | hasta que, los espíritus pausando, | | | | la rogué que benigna se sentase | | | | a escucharme lo mismo que sabía. | | | | Tarea peculiar de los amantes, |
1225 | | | repetir lo que ya llenó oficioso | | | | y ocupó, con recíproca porfía, | | | | los mejores instantes | | | | en que ya se esplaya el corazón gozoso, | | | | que a no volverse a la expresión primera, |
1230 | | | más de una vez el labio enmudeciera. | | | | Oyóme, Julio, no te digo fina | | | | que es por razón forzosa | | | | en la Muger que oírnos determina | | | | oír y agradecer todo una cosa; |
1235 | | | pues vencido el rubor, hasta inclinarse, | | | | no tiene ya el desdén en que apoyarse. | | | | Tampoco te diré lo que amorosa | | | | me respondió: archívalo el secreto | | | | de una justa atención que, cortesana, |
1240 | | | conserba a su decoro este respeto; | | | | que aun que publique su afición el labio, | | | | voz que sus expresiones no profana | | | | no la juzga ya el uso por agravio, | | | | y en fin, son los arcanos en que entienden |
1245 | | | los que con mutua fe se corresponden | | | | tan estraños que públicos ofenden | | | | tanto como se eleban si se esconden. | | | | Sólo confesaré que, blandamente | | | | volando entonces el alado niño |
1250 | | | entre nosotros dos, con nueva flecha | | | | rasgó sin duda, repetidamente | | | | de nuestros corazones las heridas, | | | | para que más capaces al cariño | | | | se comuniquen, por cursada brecha, |
1255 | | | las almas, ya sin embarazo unidas, | | | | acreditando los benignos tiros | | | | el eco que formaban los suspiros. | | | | Noté entonces (tal vez sería acaso, | | | | aun que el suceso mío lo desmienta) |
1260 | | | que con afable paso | | | | cándida palomilla acompañaba, | | | | de su elección contenta, | | | | a su Galán, que, airoso, | | | | con lascibos arrullos la pagaba. |
1265 | | | Ella el cuello lustroso | | | | cuidadosa y amantele pulía; | | | | la blanca pluma él, tornasolada, | | | | con alegre esperezo sacudía; | | |
—246→
| | y en fin, el uno al otro tanto agrada |
1270 | | | que los dos, con no oídos
ay de míes, | | | | los dos picos juntaron carmesíes. | | | | Envidia de otras aves, disfrutaban | | | | la ferborosa unión que te dibujo, | | | | quando, con pronto vuelo, |
1275 | | | con acción impaciente, | | | | otro Palomo, al ver lo que gozaban | | | | y que sin duda siente, | | | | nuebo Rival se presentó en el duelo, | | | | y aun que tosco y sin ayre, la condujo |
1280 | | | no sé qué oferta que, feliz padrino, | | | | afianzó el empeño a su destino. | | | | Con el pico ocupado, | | | | sobervio y presuntuoso, la enamora, | | | | y aun que, al primer escarce desayrado, |
1285 | | | quanto es favor ignora, | | | | porfió como necio, | | | | y al presentar con el regalo el pico, | | | | como dejó sin fuerzas al desprecio, | | | | consiguió como rico. |
1290 | | | El otro, que ya en vano solicita | | | | que el alago repita, | | | | antes que el prado sea | | | | tálamo a su enemigo, | | | | buela de tronco en tronco, mal hallado |
1295 | | | con su infeliz estado. | | | | Ya mira, ya se oculta, ya rodea, | | | | y, ya resuelto, por no ser testigo | | | | del presuroso agrado | | | | con que los dos se rondan y se buscan, |
1300 | | | cede, en fin, a los celos que le ofuscan. | | | | Rápidamente la campaña deja, | | | | y a nunca más volver de allí se aleja. | | | | Esto miraba yo, pero tan ciego | | | | con el bien que creí que me burlaba |
1305 | | | de que fuese amenaza a mi sosiego. | | | | ¡Ay, cómo me engañaba!, | | | | que rara vez las dichas no se rotan | | | | con el pesar que en su apariencia envotan, | | | | siendo a quien no las teme tan fatales, |
1310 | | | que a espaldas de los bienes van sus males. | | | | Acuérdome que un día | | | | en la arena escribía | | | | mi nombre, y que, llorosa, | | | | añadió que en su pecho enamorado |
1315 | | | le escondía grabado. | | | | Mas quando esto afirmaba, cariñosa, | | | | lo escrito borró el mar, llevó el viento | | | | su delicado accento, | | | | prueba y anuncio de que nunca alcanza |
1320 | | | duración la firmeza o la esperanza. | | |
—247→
| | Serví, en fin, y adoré correspondido, | | | | con gusto tan perfecto | | | | quanto supo, entendido, | | | | guardar Amor las leyes de secreto. |
1325 | | | En lo más escondido | | | | del Bosque nos buscábamos amantes, | | | | ¡o, mi Julio, y qué instantes | | | | tubo allí mi fortuna! | | | | No la Corneja infausta e importuna |
1330 | | | con agorero canto | | | | turbó nuestro dulcísimo embeleso, | | | | o a lo menos, suspenso en logro tanto, | | | | que no la oí confieso, | | | | como dichoso que ni atiende o mira |
1335 | | | más objeto que aquel por quien suspira. | | | | Quando algún accidente | | | | su trato me impedía, | | | | Marfisa, nuestra noble confidente, | | | | la inquietud de mi anhelo socorría; |
1340 | | | y en las amigas sombras, los umbrales | | | | del respetado albergue me escuchaban, | | | | entre ansias desiguales, | | | | más de un sollozo tiernamente fino. | | | | Ya también, mientras daban |
1345 | | | al primer esperezo matutino | | | | noticias de la luz los altos montes, | | | | distinguiéndose a penas | | | | en tierra y mar distantes orizontes, | | | | las blancas Azucenas, |
1350 | | | aún no enjutas del llanto del Aurora, | | | | la escondida violeta, | | | | aquélla entre las llores más
señora; | | | | la Rosa digo; el Mirto, la Mosqueta, | | | | y otras, también fragantes, |
1355 | | | cogía, Julio, y luego, primorosas, | | | | sin embidiar las perlas y diamantes | | | | -piedras, en fin, con nombre de preciosas-, | | | | en el adorno de Leonisa fueron, | | | | como suyas, más bellas que nacieron. |
1360 | | | Assí vivía quando... | | |
| JULIO
| | No prosigas, | | | | que nos busca Menalcas, según veo, | | | | que hacia aquí se encamina, | | | | y corre quanto digas, | | | | por más que simulado lo refieras, |
1365 | | | el riesgo de que Alcina | | | | lo sepa y Melibeo; | | | | por que nunca calló su fácil trato, | | | | hijo de las costumbres lisongeras, | | | | lo que escuchó al amigo. |
1370 | | | Por eso me recato | | | | de su comercio falso y enemigo; | | |
—248→
| | que aun que no es una culpa haver amado, | | | | como se mezclan ierros y finezas, | | | | nadie gusta de verse censurado. |
1375 | |
| LISARDO
| | ¡Qué bien lo piensas, Julio! Las flaquezas | | | | a que induce el cariño | | | | parece lo que son, por más que quiera | | | | cubrirlas el engaño | | | | de nuestras sutilezas. |
1380 | | | El juicioso, el estraño, | | | | su frágil estravío considera, | | | | sin que las valga el aparente aliño, | | | | y al aplaudir la que creí ventura, | | | | se ríe interiormente la cordura. |
1385 | | | Y si es, como Menalcas, lisongero, | | | | en todo pone el malicioso diente, | | | | no cauto sino dando placentero | | | | materia a la pasión del maldiciente. | | |
| LISARDO
| | Con acierto, Lisardo, has discurrido. |
1390 | | | Mudemos, pues, de estilo; no sospeche | | | | que hay que callar a su vicioso oído; | | | | o vamos al encuentro, no lo aceche. | | |
| JULIO
| | En esto eres, mi Julio, prevenido. | | | | Contigo mi fortuna se sosiega. |
1395 | | | Por eso te amo y... | | |
| JULIO
|
|
Estancia
cuarta
| LISARDO
| | Bien se conoce, Julio, que madruga | | | | más que el Alva un cuidado. | | | | ¿Aún no la noche el ceño desarruga, | | | | y ya al monte caminas desvelado? |
1400 | |
| JULIO
| | Sí, Lisardo, más creo | | | | que havré de reprimir a mi deseo; | | | | que el temporal parece que, inclemente, | | | | inundando con furia la campaña, | | | | ni al Pastor más robusto le consiente |
1405 | | | que deje la cabaña. | | |
| LISARDO
| | Mientras durare, pues, impetuosa | | | | la llubia con que empieza obscureciendo | | | | el día, ya que fue tan venturosa | | | | mi choza que defensa tuya ha sido, |
1410 | | | muébanse o no las nubes impelidas, | | | | que aquí no serán interrumpidas | | | | de mi antiguo infortunio las razones, | | | | tantas veces con lástima advertidas, | | | | y nunca hasta su estremo declaradas. |
1415 | | | Si gustas, tendrán fin sus espresiones, | | | | que molestan a fuer de dilatadas, | | | | y yo, Julio, no intento | | | | apurar tu atención y sufrimiento. | | |
|
—249→
| JULIO
| | Jamás me cansaría de escucharlas, |
1420 | | | siendo, Lisardo, tú quien las refiere | | | | con tal ternura y natural estilo; | | | | pero miro distante el moderarlas, | | | | con sólo oír su sinrazón tranquilo. | | | | La pena assí a mi gusto se prefiere, |
1425 | | | pidiéndome el afecto de justicia | | | | que perdone lo estenso a la noticia. | | | | Recoge, pues, quanto hace a la importancia | | | | de lo que resta al caso lastimero; | | | | no espire con la voz la tolerancia; |
1430 | | | que el cortador acero, | | | | infausto al uso aun de la diestra mano, | | | | mejor está en la vaina; pues si dura | | | | el riesgo, por que dura el soberano | | | | influxo que le rige, |
1435 | | | también, como suspenso, se asegura | | | | en quanto algún arbitrio le corrige. | | |
| LISARDO
| | Tu dictamen apruebo, | | | | que bien conozco que seguirle debo. | | | | Quedamos, pues, en el feliz estado |
1440 | | | de mi amor, que vivía | | | | desvanecido como confiado. | | | | Ponderábate yo que, en mi alegría, | | | | ni aún sospeché un amago de disgusto, | | | | dichoso hasta en amar sin competencia. |
1445 | | | Que un Rival, aun que no correspondido, | | | | no causa celos, pero causa susto; | | | | y es, con tal evidencia, | | | | que el que logra y posee más querido, | | | | buelve al remo fatal de la esperanza, |
1450 | | | condenado al temor de una mudanza. | | | | Pensión cruel del hombre, no contarse | | | | por feliz mientras pueda señalarse | | | | el último guarismo de la muerte. | | | | Assí me sucedió, pues, descubierta |
1455 | | | del acaso o la envidia nuestra suerte, | | | | más de una osada voluntad concierta | | | | perturbar mi sosiego. | | | | Viérasme, Julio, luego, | | | | de amarillez cubierto y de tristeza, |
1460 | | | buscar en vano por la selva amiga | | | | ocasión de quejarme. | | | | Varío dudar de la mayor fineza; | | | | en la noche más quieta desvelarme; | | | | y, para más aumento a mi fatiga, |
1465 | | | oír y ver, con fina competencia | | | | voces amantes, lágrimas rendidas. | | | | En tanta poderosa concurrencia | | | | de pretensiones por mi mal unidas, | | | | la del tosco Salicio solamente |
1470 | | | mobió más guerra a mi confuso pecho; | | |
—250→
| | por rico, por pariente | | | | de mi Leonisa hermosa, | | | | por necio, en fin, que siempre el dulce lecho | | | | de un mérito especial goza, injusto, |
1475 | | | el torpe anhelo de un villano gusto. | | | | ¡O violencia de amor, o ley infame | | | | impuesta a la infeliz naturaleza! | | | | ¿Jamás ha de faltar quien, ofendido, | | | | en su razón contra el insulto clame? |
1480 | | | ¿Jamás digna fineza | | | | ha de verse sin ceño o sin olvido? | | | | ¡O, falaz hermosura, | | | | de nuestros males pérfido instrumento! | | | | ¿Siempre ha de ser tu condición perjura? |
1485 | | | ¿Siempre sin duración tu valimiento? | | | | ¡O, ciega, alebe Diosa, | | | | sólo constante en tu fatal mudanza! | | | | ¿No has de tener acción sin causa odiosa? | | | | ¿No has de obrar sin huir de la esperanza? |
1490 | | | Mas ¡ay!, ¿por qué mi voz gime
importuna, | | | | si nunca ha de lograrse | | | | que puedan hermanarse | | | | el mérito, el amor, beldad, fortuna? | | | | No duró, Julio, no, la incertidumbre |
1495 | | | del daño que a mis glorias amagaba; | | | | bien como suele en la empinada cumbre | | | | lebantarse vapor que, estrecho, agraba | | | | sólo la corta cima, | | | | delicia más que susto de los ojos, |
1500 | | | y, a poco espacio denso se derrama, | | | | al incauto Pastor causando grima, | | | | quando, resuelto, en rápidos despojos, | | | | no deja firme rama | | | | ni antiguo tronco sin probar su ruina; |
1505 | | | ya, en la región primera, | | | | los condense el calor que opugna el frío | | | | o ya fuente, a su origen aún vecina, | | | | acreciente el arroyo, de manera | | | | que corra al mar como enojado río. |
1510 | | | Esto me acaeció pues, Tirso, luego, | | | | con la codicia que la edad engendra, | | | | preparó diligente el casto fuego | | | | de la Nupcial Antorcha; por que prende | | | | recíproca la llama que reúsa |
1515 | | | lucir contra la fe que me debía. | | | | Ya del alago y ya del rigor usa | | | | (a lo menos, assí me lo dixeron | | | | los que mi llanto y su mudanza vieron) | | | | hasta que, dilatando la porfía |
1520 | | | y cumpliéndose el plazo de las Bodas, | | | | executó Leonisa lo que todas. | | |
—251→
| | Quién la huviesse escuchado, | | | | la víspera del día señalado | | | | al trájico Himeneo, prometerme |
1525 | | | fervores y firmezas, | | | | nunca creyera que pudiera hacerme | | | | ni un agravio su olvido o su fineza. | | | | Mas ¿qué muger, quando el engaño
traza, | | | | no destruye, qual hiedra, lo que abraza? |
1530 | | | Razón tengo, Leonisa; no me arguyas | | | | con la obediencia de las ansias tuyas. | | | | ¿Lágrimas viertes al romper mis lazos | | | | y las enjugas en agenos brazos? | | | | ¿Un precepto te muebe, |
1535 | | | y tan poco mi súplica te debe? | | | | ¡Ay!, que no era tu pecho como el mío, | | | | pues fue dócil a otro su albedrío. | | | | Perdíla, en fin, con riesgo de mi vida; | | | | que la salud, rendida |
1540 | | | al desorden del ánimo, me puso | | | | en los últimos trazos del aliento. | | | | No aquí el notar escuso | | | | quánto fue general el sentimiento | | | | de los que antes contrarios ofendían; |
1545 | | | y es que ya no atendían | | | | la dicha que envidiaban, | | | | sino el estremo mal que no esperaban. | | | | Vicio del hombre con moberse, fiero, | | | | contra el bien que otro goza, |
1550 | | | y a lo piadoso trascender, ligero | | | | quando ve que perdido lo solloza. | | | | No me consistió el Hado que acabase | | | | de una vez con mi pena, | | | | ni que, entero, el alivio moderase |
1555 | | | el peso a la cadena. | | | | Antes, obrando lento, | | | | me dejaba salir, bien que oprimido, | | | | a buscar en la selva esparcimiento | | | | que hiciera mi dolor menos sentido; |
1560 | | | si puede en él fixar alguna pausa | | | | remedio que no ofrece quien le causa. | | | | Un día que miraba, recostado | | | | sobre una peña el mar, que proceloso | | | | rompía en las blanduras de la arena |
1565 | | | su orgullo desvocado, | | | | vi venir a Leonisa con su esposo, | | | | dulcemente serena, | | | | fiándole la mano | | | | de quien un tiempo me creía dueño. |
1570 | | | ¡Quál fue entonces, o Julio, el inhumano | | | | furor de mis pasiones! | | | | ¡Quál de mi estrella el insufrible ceño!
| | | | ¡Quál, Julio, el triste asombro de mi vida! | | | | ¡Quáles de mi valor las turbaciones! |
1575 | | | ¡Quál de mi rabia envidiosa herida! | | |
—252→
| | No lo diré, que a mi quebrado aliento | | | | faltan las voces, falta el sufrimiento; | | | | pues, aún oy, la memoria de este día | | | | renueba el pasmo a la congoja mía. |
1580 | | | Pasaron junto a mí, mas a mirarme | | | | no volvió la enemiga. | | | | Alebe y torpe, sí, por ultrajarme, | | | | con ternuras y alagos lisongea | | | | su venturoso amante, |
1585 | | | que bien conoce quanto assí le obliga, | | | | despreciando que yo lo note o vea, | | | | por qué más triunfo su fortuna cante. | | | | Indigno sacrificio si olvidase, | | | | y no menos indigno si me amase; |
1590 | | | que usar sin precisión de la venganza | | | | y sin justo motivo de la ofensa | | | | es infame baldón de la templanza, | | | | y al que sufre dispensa | | | | de la ley, a que fácil agraviara |
1595 | | | quien si tanto pretexto se irritara. | | | | Entonces resolví mudar de cielo, | | | | por si mudar la suerte assí pudiese. | | | | ¡Qué engañado desvelo | | | | pensar que en los influxos consistiesse |
1600 | | | mal a quien ciego obligo | | | | a caminar conmigo! | | | | Si es el alma el origen, nadie espere | | | | se mude mientras ella persebere. | | | | Esto, en nobles afectos, que en vulgares |
1605 | | | mudan a los sentidos los lugares. | | | | Leño busco velero | | | | que el postrer desvarío | | | | del corage redima; | | | | mas luego que en el mar me considero, |
1610 | | | práctico ya el desvío, | | | | la resuelta paciencia desanima, | | | | el corazón se turba y, de repente, | | | | no menos fácil que indiscretamente | | | | (aun que se apoye en la razón mi agravio) |
1615 | | | estas querellas desató mi labio, | | | | mezcladas de algún lebe rendimiento | | | | que acordó la pasión al sentimiento: | | | | Ondas que blandamente | | | | vais a buscar mi venerada orilla, |
1620 | | | mientras yo tristemente | | | | me acerco al Turia con ligera quilla; | | | | si el llanto de un ausente | | | | merece acaso que atendido sea, | | | | entre vosotras sus arenas vea. |
1625 | | | Engañaré el cuidado | | | | con la inútil pensión de proponerlo; | | | | y aun después de burlado | | | | me ocupará el deseo de creerlo; | | |
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| | que a un fino desdichado |
1630 | | | le sirben de embeleso las razones | | | | que producen también las ilusiones. | | | | Tú, faborable viento, | | | | a la gozosa Nave que apresuras | | | | cede a contrario aliento, |
1635 | | | que es mucho ya lo que en mi ofensa duras. | | | | Deja que otro, violento, | | | | hiera la proa con veloces tiros, | | | | envolviendo en sus soplos mis suspiros. | | | | Discurrirán ufanos |
1640 | | | hasta los verdes Bosques donde avita | | | | de mis afectos vanos | | | | el dueño alebe, por que assí repita | | | | desdenes inhumanos; | | | | y el aura, que algún tiempo los ha oído, |
1645 | | | intérprete será de su gemido. | | | | Mas si necia porfía, | | | | ¡quán en vano el deseo lisongea! | | | | Grite la rabia mía, | | | | ya que en el labio el daño centellea, |
1650 | | | contra la ingrata impía | | | | causa que a tales sinrazones hace | | | | que inmenso aogo mi congoja abrace. | | | | O quieran, pues, los cielos, | | | | de mi violenta súplica mobidos, |
1655 | | | padezca infames celos | | | | como yo lloro agravios repetidos; | | | | y en sus tristes desvelos | | | | mire también opuesta la mudanza | | | | por que aun muera la fe de su esperanza. |
1660 | | | Jamás el rostro vea | | | | del que oy tan ciegamente favorece, | | | | afable; ni posea | | | | plácido el lecho. Antes, si padece | | | | como apetezco, sea |
1665 | | | lid donde pruebe, en insufrible calma, | | | | duro valdón que martirice el alma. | | | | Ambrientos sus ganados | | | | en el valle más fresco y más
sombrío | | | | no encuentren delicados |
1670 | | | los pastos que antes sazonó rocío. | | | | Mustios sí, y agostados, | | | | la selva les ofrezca, para enojos | | | | los tomillos, y verdes los abrojos. | | | | Quando abrebar intente |
1675 | | | los que blasona próvidos rebaños, | | | | la cristalina fuente | | | | halle ya turbia por los pies estraños | | | | de otros, que en la corriente, | | | | después que de la sed se redimieron, |
1680 | | | las cenagosas obras remobieron. | | |
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| | De las verdes espigas | | | | vea ceder el inclinado cuello | | | | a piedras enemigas. | | | | Del irritado Boreas el resuello |
1685 | | | malogre sus fatigas, | | | | las ramas deje sin florida pompa, | | | | ya que sus pingües árboles no rompa. | | | | Los pámpanos sabrosos | | | | de la vid más robusta y bien cuidada, |
1690 | | | al brotar generosos | | | | sientan del ielo la prisión ayrada; | | | | y si esprimió copiosos | | | | dulces racimos del lagar la fuerza, | | | | en tinajas se tuerza. |
1695 | | | Si yegua corredora | | | | con que las liebres fatigó en el llano | | | | tu Salicio, y que aora | | | | busca el heno más fértil y lozano, | | | | su esperanza mejora |
1700 | | | con el bruto Andaluz que la apercibe, | | | | no conciba, y aborte si concibe. | | | | Brame la ternerilla, | | | | hallando enjuto de su Madre el pecho. | | | | La inocente quadrilla |
1705 | | | de los polluelos, al dejar el lecho, | | | | para buscar sencilla | | | | los granos que arrojó piadosa mano, | | | | despojo sea del voraz Milano. | | | | Todo, en fin, la suceda |
1710 | | | contrario a lo que aguarde su deseo. | | | | Ni lamentarse pueda, | | | | que es el último mal que yo no veo, | | | | y si acaso la queda | | | | de las dudas el término espacioso, |
1715 | | | éste la falte, y siempre su reposo. | | | | Pero, ¿qué es lo que digo? | | | | ¿Cómo de mí mi llanto me enagena? | | | | ¿Yo, villano enemigo | | | | de la que adoro en medio de mi pena? |
1720 | | | ¿Yo busco su castigo, | | | | quando la amo constante? Miente el labio. | | | | Mi vida ofendo si la suya agravio. | | | | ¿A Leonisa, a Leonisa, | | | | a quien el alma tímida venera, |
1725 | | | pudo mi fe remisa | | | | faltarla de cobarde o de ligera? | | | | ¿Quién mi juicio precisa | | | | a ceguedad tan torpe? ¿Acaso cabe | | | | encono tal en quien sus prendas sabe? |
1730 | | | No, no, la voz desmienta | | | | quanta alebe expresión ha dilatado; | | | | y ya que el pecho sienta, | | | | no infame, el pundonor de su cuidado. | | |
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| | Si a suspirar se alienta, |
1735 | | | tan dulces ansias a su queja aplique | | | | que parezca fineza y no despique. | | | | Viva Leonisa, y viva | | | | sin que la suerte, con tirano influxo; | | | | se la declare esquiba. |
1740 | | | Ante los bienes, con perenne fluxo, | | | | de su mano reciba; | | | | y de la edad sin los estragos viles | | | | no numeren sus años sino Abriles. | | | | Ella viva y yo muera, |
1745 | | | gozoso de que sea mi omicida; | | | | que si otro bien no espera, | | | | ¿por qué interés conservaré la
vida? | | | | Y más si considera | | | | la razón que sin alma es vano intento |
1750 | | | que dure sólo mi tenaz aliento. | | | | Ella viva, y si junto | | | | llegare acaso a la paterna cuna | | | | este polvo difunto, | | | | por que el ingrato tiempo no desuna |
1755 | | | tan miserable asunto, | | | | sobre el sepulcro, en reducida Historia, | | | | guardará este escarmiento la memoria. | | | | Aquí yace, Pastores, | | | | el más feliz un tiempo y envidiado, |
1760 | | | de amados y amadores | | | | egemplo dignamente señalado. | | | | A los dulces rigores | | | | de Leonisa murió. Su desengaño | | | | lea en Lisardo quien temiere el daño. |
1765 | | | Quando esto profería, | | | | del Aquilón la saña bramadora | | | | ya levantado havía | | | | las ondas inclementes; | | | | y el Piloto, que ignora |
1770 | | | del sobresalto la pasión villana, | | | | con manos diligentes | | | | amayna la mesana, | | | | la mayor y el trinquete; | | | | y a un pequeño velacho le comete |
1775 | | | correr al vago arbitrio de los vientos, | | | | cuyos soplos violentos | | | | rompen veloces la murada entera, | | | | sin reservar su rápido corage | | | | al mástil más robusto. |
1780 | | | Entonces, confundida la faena, | | | | enrredado el cordage, | | | | sólo gobierna al Marinero el susto, | | | | y al timón el acaso; | | | | la brújula olvidada, |
1785 | | | o del terror no escaso | | | | no bien examinada. | | |
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| | La noche tenebrosa | | | | la turbación y la congoja aumenta. | | | | Escúchase entre el Naútico alboroto |
1790 | | | aquí voz lastimosa, | | | | allá, entre mucho llanto, más tormenta; | | | | en otra parte repetir el voto; | | | | y en fin, en todos un terror cobarde | | | | con el recelo de que se oyga tarde. |
1795 | | | Ya con la nueba luz se distinguía | | | | de uno y otro semblante | | | | entre pálidas señas la agonía; | | | | y enmudecido el silvo proceloso | | | | del Uracán furioso, |
1800 | | | el Buque fluctuante | | | | vuelve a esperar que el puerto le reciba; | | | | y el que más retirado | | | | tubo el miedo en la estiba, | | | | sube con paso no precipitado |
1805 | | | a ver la costa que el grumete enseña, | | | | de que aún duda confuso, | | | | por más que advierta de una y otra peña | | | | orizonte difuso. | | | | No muchas millas caminamos quando |
1810 | | | la dilatada playa descubrimos, | | | | a cuyo abrigo el viento, entonces blando, | | | | donde en tristes fragmentos advertimos | | | | sobre la orilla algosa | | | | más de un crecido fracasado leño; |
1815 | | | ruina que lastimosa | | | | al despertar en la memoria el susto | | | | también sin crimen introduce el gusto. | | | | Yo, el primero al Caique descendido, | | | | salté en la amada tierra y prontamente |
1820 | | | volví al cielo la vista agradecido; | | | | y en la arena, que apenas se consiente | | | | a mi trémula planta, | | | | el labio, que los ruegos ocuparon, | | | | reconocidas gracias estamparon. |
1825 | | | Luego mi diligencia se adelanta | | | | a seguir su destino; | | | | y mientras de Pisuerga la ribera, | | | | que es dulce patria mía, | | | | me admite, paré en ésta, peregrino, |
1830 | | | en que por alta causa me desvía | | | | del principal intento | | | | dominio superior que no me deja | | | | vaya a buscar contento | | | | donde acabe mi vida con mi queja. |
1835 | | | Y pues ya, Julio, sabes la fatiga | | | | que con fuerza violenta | | | | a estremo tal me obliga, | | | | ya que aora no es fácil me consienta | | |
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| | ni aun a oír los consejos de un amigo, |
1840 | | | no estorbes, Julio, no, que de cansado | | | | con la lucha que sigo | | | | me prepare, tal vez más sosegado, | | | | a estudiar en tus sabias prevenciones | | | | el acierto mayor de mis acciones. |
1845 | |
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